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Una de las campañas militares más secretas de la historia de EE.UU. se encuentra bajo el más riguroso escrutinio hasta la fecha. El sitio web The Intercept hizo una gran revelación, usando como base documentos filtrados del gobierno estadounidense, al publicar una serie de artículos que detallan el programa de ejecuciones con aviones no tripulados estadounidense en Afganistán, Yemen y Somalia. El informe revela un número de fallas y víctimas muy superior al planeado. Los documentos fueron filtrados al sitio The Intercept por una fuente no identificada de la inteligencia estadounidense, quien afirma que quería alertar a los estadounidenses sobre las irregularidades. Nos acompaña Jeremy Scahill del sitio web The Intercept, autor principal de la investigación titulada “The Drone Papers” (Los Papeles de los Drones).
Transcripción
JUAN GONZÁLEZ: Una de las campañas militares más secretas de la historia de EE.UU. ha pasado a estar bajo un escrutinio público nunca antes visto. El sitio web The Intercept ha publicado una serie de reveladores artículos de investigación basados en la filtración de documentos gubernamentales, con el análisis más profundo que existe hasta la fecha sobre el programa estadounidense de asesinatos selectivos con aviones no tripulados. The Drone Papers expone aspectos del funcionamiento interno de la guerra con aviones no tripulados, que van desde la definición de los blancos hasta la decisión de ejecutar el asesinato. Además, revelan varias fallas en el proceso, como ser el hecho de que estos ataques se han definido en gran medida en base a comunicaciones electrónicas, o información de “señales de inteligencia”, que muchos funcionarios evalúan poco fiable. Los documentos filtrados también contradicen las afirmaciones del gobierno sobre la exactitud de los ataques con aviones no tripulados. Tomando un período de cinco meses de una operación en Afganistán, resultó que nueve de cada diez víctimas no eran el blanco previsto. Y entre otras revelaciones, los documentos también corroboran informes previos que señalaban que todos los hombres extranjeros identificados en una zona objetivo eran considerados milicianos, a menos que evidencia posterior a su muerte demostrara lo contrario.
AMY GOODMAN: Los documentos fueron filtrados a The Intercept por una fuente no identificada de los servicios de inteligencia estadounidenses, que dice que quiso alertar a la población estadounidense sobre las irregularidades cometidas. La denuncia tiene obvias reminiscencias a la del denunciante de la NSA Edward Snowden, y el propio Snowden intervino a través de un tuit que dice: “De aquí un tiempo, veremos estos artículos como la información sobre seguridad nacional más importante del año”. Amnistía Internacional dijo en un comunicado que estas filtraciones deberían promover una investigación independiente del Congreso que evalúe: “si EE.UU. ha violado sistemáticamente las leyes internacionales, entre otras cosas, al clasificar personas no identificadas como «combatientes» para justificar sus asesinatos”. Los documentos filtrados incluyen información detallada sobre la guerra con aviones no tripulados en Afganistán, justo cuando el presidente Obama ha anunciado su plan de volver a retrasar la retirada de las tropas estadounidenses y extender la ocupación de Afganistán por tiempo indefinido.
Para ampliar esta información, nos acompaña Jeremy Scahill, co-fundador de The Intercept y uno de los investigadores principales de esta producción periodística titulada The Drone Papers (Los papeles de los Drones). Su contribución a la serie incluye los artículos The Assassination Complex y Find, Fix, Finish (Encontrar, Arreglar, Eliminar). Su último libro, “Guerras sucias: El mundo es un campo de batalla,” acaba de publicarse en edición de bolsillo. Su película “Guerras Sucias”, realizada junto a Rick Rowley, fue nominada al Oscar. También es autor del exitoso libro “Blackwater: El auge del ejército mercenario más poderoso del mundo”. En nuestro siguiente segmento, nos van a acompañar los co-autores de Jeremy en esta serie de investigación periodística, Ryan Devereaux y Cora Currier. Jeremy, bienvenido a Democracy Now!
JEREMY SCAHILL: Gracias, Amy.
AMY GOODMAN: Qué asombrosas revelaciones. ¿Por qué primero no nos resumes los resultados de la investigación?
JEREMY SCAHILL: Bueno pues, el primer ataque con aviones no tripulados fuera de una zona declarada en guerra ocurrió en Yemen en noviembre de 2002. Y en ese ataque fue una operación de la CIA con el ejército y fue coordinada enteramente desde un centro de comando en Washington D.C. Y en ese ataque, de hecho, seis personas perdieron la vida, entre ellas un ciudadano estadounidense. Y en ese momento, bueno, Condoleezza Rice, alta funcionaria del gobierno de Bush, salió a defender el derecho del presidente de Estados Unidos de asesinar personas, incluso ciudadanos estadounidenses, en base a información de inteligencia que no tenía por qué ser pública. No hubo otro ataque con aviones no tripulados en Yemen hasta en el año 2011. En 2011, 2012, el gobierno de Obama comienza a intensificar realmente las operaciones con aviones no tripulados en Yemen.
Pero aunque hubo momentos en que se bombardeaba Pakistán una vez cada tres días con aviones no tripulados, y que ya había un programa activo de uso de aviones no tripulados en Afganistán, no fue hasta mayo de 2013 que un presidente estadounidense en funciones reconoció en un discurso oficial que Estados Unidos estaba utilizando aviones no tripulados. O sea, toda la situación era algo absurda, el presidente hacía bromas sobre que iba a hacer matar a los Jonas Brothers, lo dijo en la cena de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y también a través de Google hangout, en respuesta a las preguntas que hacía la gente al presidente, pero realmente es un tema que nunca se terminaba de admitir públicamente.
Lo que nosotros publicamos es una mirada exhaustiva sobre la forma en que ha operado este programa, históricamente pero sobre todo durante la presidencia de Obama. Uno de los hallazgos más importantes -que es algo en lo que mi colega Cora Currier, realmente se metió a fondo– es haber podido difundir por primera vez la cadena de mando para los asesinatos, la forma que toma la burocracia del asesinato. Y ahí se ve que hay muchos funcionarios, incluyendo gente como el Secretario del Tesoro, que son parte del aval que tiene todo esto, que incluye reuniones secretas donde se discute quién va a vivir y quién va a morir en el mundo. Y al final del proceso, es el presidente de Estados Unidos quien firma lo que viene a ser una sentencia de muerte para quien sea que se haya decidido que debe morir, en base a una especie de sistema judicial paralelo y secreto que funciona en Estados Unidos, que realmente no está sometido a ningún tipo de supervisión judicial y en el que el presidente, actuando casi como un emperador, emite un edicto que te manda a matar.
Y nosotros mostramos —por primera vez hay evidencia documentada de esto— que el presidente da al ejército un período de 60 días para rastrear y matar a los individuos seleccionados. Hoy Ken Roth de Human Rights Watch señalaba que si el criterio es decidir el asesinato de personas que representan una amenaza inminente, esa es la política estadounidense según el presidente, entonces ¿por qué tienen 60 días para hacerlo? ¿Por qué no tienen que hacerlo ya, si son una amenaza inminente? Bueno, porque para eso han redefinido el término “inminente” y lo han hecho tan vago que ya no tiene nada que ver con su definición real, lo que comúnmente se entiende que es.
JUAN GONZÁLEZ: Jeremy, una de las cosas que me llamó la atención es el hallazgo de que gran parte de la información en la que se basan estos ataques proviene de “señales de inteligencia”, no de material obtenido por medio de trabajo de inteligencia realizado en terreno, o cosas que se averiguan a partir de interrogatorios, y lo poco fiable que es ese material.
JEREMY SCAHILL: Oh, sí. O sea, bueno, realmente, mucho de lo que sabemos acerca de esto es por las filtraciones de Edward Snowden, y vemos que gran parte del sistema industrial de la inteligencia del… bueno, digamos del imperio estadounidense, se basa en interceptar mensajes de correo electrónico, mensajes de texto, llamadas telefónicas. Y bueno, estas señales de inteligencia pueden ser confiables. O sea, si tú y yo estamos hablando, Juan, pueden hacer el reconocimiento de nuestras voces. Pueden decir: “Bueno, sabemos que Jeremy Scahill está hablando con Juan González”. Pero lo que dice la gente que ha trabajado en ese mundo -Cora Currrier y yo entrevistamos al teniente general Michael Flynn, que fue director de la Agencia de Inteligencia de Defensa, el funcionario de más alto rango a cargo de todas las operaciones de espionaje del Pentágono en el mundo, y fue también la figura clave de inteligencia para Stanley McChrystal en el Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC, por sus siglas en inglés). Cuando Cora y yo lo entrevistamos, él nos dijo: “Mira, yo puedo grabar mi voz en un teléfono y dárselo a un mensajero, que luego puede ir a otro lugar, llamar a cualquier número y reproducir mi voz. Entonces matarán a alguien en ese lugar creyendo que están eliminado a la persona que perseguían, pero no es así”. Así que, bueno… lo que él dice es que este tipo de inteligencia de señales es fácilmente engañable.
AMY GOODMAN: Quiero leer un fragmento de tu artículo. Con respecto al tema de trabajar con mala información de inteligencia, tu fuente dice: “La tecnología utilizada requiere un enorme acto de fe. En innumerables ocasiones me he encontrado con información de inteligencia que era incorrecta. Es impresionante la cantidad de casos en que las señales identificadas son atribuidas erróneamente a ciertas personas. Y pueden pasar varios meses o años hasta que de repente se dan cuenta de que esa persona clave que creían tener en la mira todo ese tiempo, resulta que siempre habían estado siguiendo el teléfono de su madre.
JEREMY SCAHILL: Correcto. Y bueno, lo que la fuente está diciendo es que la mayoría de las veces, el programa de asesinatos selectivos no sigue a las personas sino a sus señales, lo que se conoce como selectores; su número de teléfono móvil, los datos de su tarjeta SIM, o bueno, un historial de correo electrónico lleno de metadatos que se ha determinado que están conectados con alguien. Y entonces, creo que muchos de los mayores casos en los que ha habido muerte de civiles, son porque han atacado la señal de un teléfono que creían en posesión de un terrorista o un miliciano -vieron que ellos usan ese término difuso– y “Huy, bueno, no, hicimos estallar el teléfono, pero resulta que esa persona no estaba allí”, porque era un subcomandante del Talibán que metió su tarjeta SIM en un bolso y la mezcló con todas las demás tarjetas -o sea, es la táctica que usa el Talibán– y luego se fueron todos en distintas direcciones. Hacen eso porque saben que esa es la forma que usa EE.UU. para rastrearlos y atacarlos. Es muerte por metadatos, básicamente.
JUAN GONZÁLEZ: Y esto es en Afganistán, un país que Estados Unidos está ocupando, donde tiene tropas en terreno; no estamos hablando de Yemen o Somalia…
JEREMY SCAHILL: Así es.
JUAN GONZÁLEZ: …o algún otro lugar del estilo. Según tu investigación, hasta un 90% de los blancos previstos, digo de las personas asesinadas, no eran el blanco previsto, ¿es así?
JEREMY SCAHILL: Sí. Creo que el artículo que… o sea, para quienes se hayan quedado pensando en lo que dijo ayer el presidente con respecto a extender aún más la guerra más larga de la historia de Estados Unidos, al punto que realmente no se ve que vaya a terminar alguna vez, el artículo de Ryan Devereaux, llamado Manhunting in the Hindu Kush es increíble. Analiza una campaña del JSOC llamada Operación Haymaker. Y una de las muchas revelaciones sorprendentes que contiene el artículo es que el JSOC proclama que tiene un accionar meticuloso, que persigue y mata con precisión quirúrgica a los líderes de al-Qaeda, a los líderes del Talibán y sin embargo, en un período de cinco meses en Afganistán, donde tienen todos los recursos —tienen la tecnología de vigilancia, tienen informantes en el terreno, tienen la posibilidad de hacer redadas nocturnas y de realizar investigaciones después de la acción— igual sucedió que el 88% de las personas asesinadas, principalmente en ataques con aviones no tripulados, pero también en otros tipos de ataques, no eran el blanco previsto de dichos ataques.
Ahora bien, ¿qué significa eso? Podría ser que mataron a un subcomandante talibán pero también a otra gente del Talibán, y entonces dicen: “Bueno, está bien, nuestro blanco era sólo ese tipo pero estas otras personas también eran malas”. Pero también podría ser que su blanco era alguien que tenía lo que denominan rasgos árabes. Y vemos que lo que describen como… en los documentos describen los rasgos árabes, tales como ser más alto que todos los demás. Sean Naylor, quien es un gran periodista de investigación con fuertes vínculos en el ejército, relata en su nuevo libro la historia de un ataque cuyo blanco se definió porque era más alto que toda la gente que lo rodeaba, entonces pensaron que él… que eso significaba que se trataba de un árabe o un combatiente extranjero. Y resultó que en realidad era alguien de tamaño normal y que la gente que lo rodeaba eran niños.
AMY GOODMAN: Por último, antes de ir a la pausa…
JEREMY SCAHILL: Y los mataron a todos, sólo quedó un sobreviviente, creo.
AMY GOODMAN: Antes de ir a la pausa, tu fuente, este segundo Edward Snowden, ¿quién es?
JEREMY SCAHILL: Bueno, ¿me darías la clave de tu tarjeta del cajero automático? O sea, este es un denunciante muy valiente. Y este gobierno ha atacado implacablemente a los denunciantes. O sea, ahora mismo Chelsea Manning se está pudriendo en la cárcel por denunciar los crímenes de guerra de Estados Unidos. Edward Snowden está en el exilio. A Thomas Drake y Bill Binney, bueno, los difamaron públicamente y destruyeron su reputación. Jeffrey Sterling está en prisión. Nuestra fuente es una persona muy valiente, con una ética intachable. Y bueno, a mi me preocupa, porque este gobierno es… este gobierno ha perseguido implacablemente a quienes a conciencia deciden filtrar información, etiquetándolos como traidores y espías. Y en el mismo proceso, ha criminalizado la posibilidad de ejercer el periodismo independiente y denunciar la impunidad, hacer que el gobierno se responsabilice de sus actos, sin el temor de que tus fuentes, y en algunos casos los propios periodistas, sean perseguidos por el así llamado sistema judicial.
AMY GOODMAN: Bueno, este denunciante, la fuente de ustedes en esta investigación, denunció el programa de aviones no tripulados, diciendo: “Este escandaloso estallido de la vigilancia, hacer este seguimiento de personas, clasificándolas y acomodándolas en listas, asignándoles números, haciendo con sus datos 'tarjetas coleccionables', dictando su sentencia de muerte sin aviso, en un campo de batalla global; fue, desde el primer momento, algo malo. Y nosotros estamos permitiendo que suceda. Y cuando digo “nosotros”, me refiero a todos los ciudadanos estadounidenses que tienen acceso a esta información y no hacen nada al respecto”.
JEREMY SCAHILL: Sí. O sea, se trata de… bueno, otra cuestión aquí es… ¿qué pasa con el Congreso? Dónde quedó la… o sea, si este es el gobierno más transparente de la historia, especialmente después de las agresiones y la tortura, y todo lo que caracterizó al gobierno de Bush, bueno, ¿el gobierno más transparente de la historia no debería realmente ser en sí mismo un gobierno denunciante? O sea, ¿no sería esperable que, de alguna manera, salieran a decir: 'Miren, todo esto es un desastre. Va en contra de lo que declaramos como nuestros valores fundamentales'? En cambio, vemos que quienes denuncian son, bueno, Edward Snowden, analista; Chelsea Manning, soldado raso. O sea, ¿cuándo va a salir alguna figura de gran relevancia pública, alguien verdaderamente visible, a hacer algo que realmente tenga que ver con la transparencia? ¿Por qué tienen que hacerlo los denunciantes?
JUAN GONZÁLEZ: Ustedes también citan a algunos ex militares que expresan sus críticas sobre por qué el gobierno de Obama ha tomado este camino.
JEREMY SCAHILL: Así es. O sea, bueno, nosotros hablamos con… bueno, Cora y yo hablamos con Mike Flynn, que no es para nada progresista. Es una de las figuras de más peso en la iniciativa de expandir las operaciones encubiertas en el mundo. Y él tiene su punto de vista particular. O sea, estos tipos son agitadores. Una camarilla muy poderosa dentro del estado de seguridad nacional que está promoviendo un retorno a políticas como el programa de rendición extraordinaria, las técnicas de interrogación mejoradas, el secuestro de personas. Y sus críticas a Obama son, este hombre no quiere meter más gente en Guantánamo, así que simplemente los mata, ni se le ocurre capturarlos; y eso hace que no podamos interrogarlos, y así perjudica nuestra seguridad. Así que ese es su planteo. Pero esto también es parte –podemos retomar el tema más tarde- de una disputa de poder entre la CIA y el Pentágono.
AMY GOODMAN: Estamos hablando con Jeremy Scahill, co-fundador del sitio web The Intercept y co-autor de la investigación periodística: The Drone Papers (Los Papeles de los Drones). Su contribución a la serie incluye los artículos The Assassination Complex y Find, Fix, Finish (Encontrar, Arreglar, Eliminar). Cuando regresemos, nos acompañarán también los co-autores de Jeremy en esta producción impresionante y explosiva. Esto es Democracy Now! Volvemos en un minuto.
Tradudico por Linda Artola, editado por Verónica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español.