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En su mayor manifestación en Estados Unidos hasta la fecha, unos 60.000 trabajadores de bajos ingresos se retiraron ayer de sus lugares de trabajo, en más de 200 ciudades, para movilizarse en demanda de un salario mínimo de 15 dólares la hora. La campaña “Lucha por 15” congregó a trabajadores de restaurantes de comida rápida, de Wal-Mart, de aeropuertos, domésticos y para el cuidado de niños, profesores adjuntos y otros trabajadores de bajos salarios. Según sus organizadores, la acción se llevó a cabo el Día de los impuestos para llamarla atención sobre la cantidad de dinero de los contribuyentes que se necesita para apoyar a los trabajadores precarizados. Un nuevo estudio indica que los bajos salarios están haciendo que las familias trabajadoras dependan cada vez más de la asistencia social, destinándose a este tipo de ayuda más de 150 mil millones de dólares. Hablamos del tema con el periodísta Steven Greenhouse, que trabajó para el periódico New York Times cubriendo temas vinculados con el trabajo y el empleo y ahora está siguiendo de cerca el movimiento “Lucha por 15”.