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En Estados Unidos, un jugador del equipo Buffalo Bills, Damar Hamlin, sufrió un paro cardíaco el lunes durante un partido de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) y permanece en estado crítico. El “safety” de 24 años se derrumbó en el campo después de hacerle un placaje de rutina a un jugador del equipo contrario, los Cincinnati Bengals. Atónitos, los jugadores de ambos equipos lloraron, oraron y se abrazaron mientras Hamlin recibía primeros auxilios de parte del personal médico para luego ser trasladado al hospital. En los últimos años, en la NFL ha crecido la controversia con respecto a la seguridad de los jugadores, ya que cada vez hay más investigaciones que vinculan la intensidad de este deporte de contacto con lesiones cerebrales traumáticas por conmoción cerebral, así como con otros impactos negativos para la salud. Pocos minutos antes de la lesión de Hamlin, el defensa de los Bills, Taron Johnson, había abandonado el juego con una lesión en la cabeza. Y pocos días antes, el mariscal de campo de los Miami Dolphins, Tua Tagovailoa, había sufrido la tercera lesión en la cabeza de la temporada, después de haber sobrevivido una conmoción cerebral que lo dejó hospitalizado en septiembre. “Uno nunca sabe cuál será el último día que puede disfrutar de esto. Atesoro cada momento”, había dicho Hamlin en una entrevista unas semanas antes. Analizamos la lesión de Hamlin y la respuesta de la NFL con Donté Stallworth, comentarista deportivo y jugador de la NFL durante 10 años, y con William C. Rhoden, periodista deportivo de larga trayectoria y autor del libro “Forty Million Dollar Slaves: The Rise, Fall, and Redemption of the Black Athlete” (Esclavos de cuarenta millones de dólares: ascenso, caída y redención del atleta negro).
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Donté Stallworth y William C. Rhoden.
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