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El Gobierno de Biden está enviando a Israel un avanzado sistema de defensa antimisiles y cien militares en anticipación a las anunciadas represalias israelíes contra Irán. Este constituye el primer despliegue significativo de personal militar estadounidense en Israel desde el comienzo de su ataque contra Gaza, aunque se estima que Estados Unidos ya ha destinado decenas de miles de millones de dólares al ejército israelí y a operaciones relacionadas con éste. “La ironía aquí es que el ataque iraní con misiles solo va a suceder si ayudamos a Israel a atacar a Irán primero”, señala Harrison Mann de la organización Win Without War. Con el despliegue de soldados en instalaciones militares israelíes, “Israel ahora tendrá sus propios escudos humanos estadounidenses”, añade Mann, así como “un nuevo mecanismo para arrastrar a Estados Unidos a una guerra con Hizbulá e Irán”. Mann, que es judío, es un excomandante del Ejército de Estados Unidos que renunció a su cargo en la Agencia de Inteligencia de Defensa en oposición al apoyo de Estados Unidos a la guerra de Israel en Gaza. Mann cuenta que se animó a tomar esta decisión inspirado por las manifestaciones estudiantiles contra la guerra en los campus universitarios estadounidenses.
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