“No estábamos preparados para lo que vimos”, relata la investigadora de Human Rights Watch Hiba Zayadin, quien recientemente, tras la repentina caída del régimen autoritario de la familia Assad, visitó en Siria un sitio de ejecuciones masivas convertido en fosa común. En el país aún hay más de 150.000 personas que estuvieron detenidas en las cárceles de Assad cuyo paradero sigue siendo desconocido y, en su mayor parte, se cree que sus cuerpos están enterrados en fosas comunes. Hablamos con Zayadin sobre lo que se ha descubierto hasta ahora y los esfuerzos que se están realizando para preservar la evidencia, particularmente frente a un nuevo régimen que no le está dando prioridad al seguimiento y la documentación de los crímenes del Gobierno de Assad y mientras Israel sigue bombardeando sitios fundamentales en Siria. “Cada minuto que pasa sin acciones de resguardo, sin que se preserven y se protejan estos documentos y estos lugares, es otra familia que posiblemente nunca sepa lo que les sucedió a sus seres queridos”, sostiene Zayadin.
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