En Haití, al menos 17 personas han muerto tras varios días de lluvias torrenciales e inundaciones. Unas 4.000 viviendas han quedado bajo el agua en un momento en que los haitianos enfrentan una crisis económica y de seguridad cada vez peor. Gran parte de la destrucción está centralizada en la región norte de Haití. Los residentes permanecen en alerta máxima.
Enoc Jean Batis: “Dormimos mal y comemos mal. Todo es complicado. Por ejemplo, cuando llueve, no podemos dormir. Tenemos que permanecer de pie porque el agua corre debajo nuestro, por lo que todos se quedan parados. No hay posibilidad de que podamos acostarnos para descansar”.