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El miércoles 15 de enero, en su audiencia de confirmación en el Senado estadounidense, la candidata de Trump para el cargo de fiscal general, Pam Bondi, se negó a responder preguntas acerca del respeto a la independencia del Departamento de Justicia con respecto al presidente y su objetivo de utilizar el sistema judicial para sus venganzas personales. Bondi también evitó responder directamente a las preguntas sobre la promesa de Trump de indultar a personas procesadas por la insurrección del 6 de enero de 2021 y se negó a decir categóricamente que Trump perdió las elecciones de 2020. “Para Bondi, claramente, está bien usar la discrecionalidad procesal que otorga el cargo según el poder e influencia que tengan las personas judicializadas y qué están dispuesta a ofrecerle”, señala David Dayen del medio The American Prospect, quien enfatiza que tal abuso de poder podría ampliar peligrosamente la capacidad del presidente para perseguir a sus enemigos políticos.
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