
En un acto de resistencia a los crecientes ataques del presidente Trump a la educación superior, la Universidad de Harvard ha rechazado las demandas del Gobierno de Trump de eliminar todas sus iniciativas de diversidad, equidad e inclusión y tomar medidas aun más represivas contra las manifestaciones en defensa de los derechos del pueblo palestino, incluida la presentación de informes a las autoridades del Gobierno federal sobre las actividades de estudiantes extranjeros. Frente a la negativa de la universidad a cumplir con sus exigencias, el Gobierno de Trump dijo que congelará subvenciones federales destinadas a Harvard por un monto de 2.200 millones de dólares, así como contratos por 60 millones de dólares. El lunes 14 de abril, el rector de esta universidad, Alan Garber, escribió una carta a la comunidad educativa en la que señala que “la Universidad no cederá su independencia ni renunciará a sus derechos constitucionales”.
“Este es un intento de controlar la agenda ideológica del país por medio del control de las universidades”, señala Andrew Manuel Crespo, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard y asesor general de la seccional de Harvard de la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios.
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