Un soldado israelí fue condenado el jueves a ocho años de prisión por el homicidio del activista británico Tom Hurndall, que intentaba proteger a niños palestinos y recibió un disparo en la cabeza durante una operación del ejército en la Franja de Gaza, en abril de 2003. Según el tribunal militar que declaró culpable a Taysir Hayb en junio, se trató de un homicidio no intencional.
Es el primer caso en los últimos cuatro años de un soldado israelí hallado culpable por la muerte de un ciudadano extranjero. De todos modos, la familia de Hurndall criticó de inmediato la condena por considerarla demasiado leveo. Escuchamos a Jocelyn, la madre de Hurndall:
“A la Fuerza de Defensa de Israel le falta mucho para lograr credibilidad en el mundo. La mirada del mundo está puesta en Israel en este momento, la gente en todo el mundo es consciente del modo en que las fuerzas israelíes tratan a los civiles y los matan. Realmente falta mucho para que podamos confiar en su palabra, para que podamos creer que investigarán en profundidad.”
Los testigos dijeron que Tom Hurndall, de 22 años de edad, ayudaba a los niños palestinos a evitar tanques israelíes. El activista británico estuvo en coma por nueve meses antes de morir en un hospital de Londres. Durante el juicio, Hayb argumentó que su confesión fue forzada. También alegó que fue procesado por ser árabe y porque su víctima era extranjera.
Hurndall intregraba el Movimiento de Solidaridad Internacional, al igual que Rachel Corrie, una activista de Olympia, Washington, que murió aplastada por un bulldozer en marzo de 2003. Hasta la fecha no hay acusados por su muerte.