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Por Amy Goodman
George Tiller no tenía que morir. Fue asesinado en una iglesia en Wichita, Kansas, el domingo. Era perseguido por realizar abortos en forma legal. Su muerte podría haber sido evitada simplemente mediante la aplicación de las leyes en vigencia. Recientemente, el presunto homicida fue visto mientras cometía actos de vandalismo contra una clínica en Kansas City, Aid for Women (Ayuda para Mujeres), en dos ocasiones. Tanto la semana anterior como el día antes del homicidio lo vieron poniendo pegamento en las cerraduras de las puertas de la clínica. El director de la clínica, que se hace llamar “Jeff Pederson” para proteger su identidad, me dijo que llamó al FBI y a la policía local en ambas oportunidades, pero el vándalo, el supuesto asesino Scott Roeder, no fue arrestado. Pederson tenía el nombre de pila de Roeder y el número de la matrícula de su auto. Tenía imágenes suyas en la cámara de seguridad de la clínica. Lo reconoció de protestas anteriores.
Pederson dijo: “La clínica estuvo cerrada el fin de semana del feriado del Día de los Caídos. Una empleada intentó ingresar a la clínica el Día de los Caídos pero no pudo. Las cerraduras tenían pegamento. Fui a ver la filmación de la cámara de seguridad y el tipo que vi en la filmación era el que había hecho lo mismo en el año 2000”. Pederson llamó a su persona de contacto en el FBI, el agente Mark Colburn. “[Colburn] dijo que la filmación no sería lo suficientemente clara, y como yo había tocado las cerraduras, había arruinado la evidencia con mi ADN. Entonces compré nuevas cámaras de video a color”.
El sábado 30 de mayo, el gerente de la clínica dijo que “Scott” volvió a atacar: “El sábado, cambié el equipo de video por uno mejor para obtener mejores imágenes. Y luego, once horas más tarde, Scott estaba vigilando a uno de mis empleados cuando regresaba de la tienda. La empleada ingresó a…había visto el auto, pero no pensó que fuera nada, ingresó al edificio y trancó la puerta. Era la única persona que estaba allí en ese momento. Pero a través de la ventana, vio a Scott salir de su vehículo, dirigirse al edificio, y parecía que iba hacia la puerta trasera. Entonces ella atravesó el edificio para llegar a la puerta trasera, y llegó allí cuando él estaba comenzando a poner pegamento en la puerta otra vez. Él la vio y salió corriendo. Ella lo siguió hasta su auto y comenzó a hablarle. Él intentó pararse delante de la matrícula del auto, pero ella retuvo el número, 225 BAB. Cuando regresó corriendo a la clínica, él le gritó: ’¡Asesina de bebés!”.
Pederson llamó a Colburn para denunciar el segundo acto de vandalismo e informarle que tenía una mejor filmación. Pederson dijo que Colburn le respondió: “El fiscal del Condado de Johnson no hará nada hasta que el Gran Jurado se reúna”. Al día siguiente, Tiller fue asesinado, presuntamente por Roeder.
Llamé al FBI de Kansas City y me puse en contacto con Colburn. De inmediató me pasó con la portavoz del FBI, Bridget Patton. Le pregunté sobre los incidentes en la clínica y por qué el sospechoso no había sido arrestado ninguna de las veces. Me respondió: “No estoy segura del período de tiempo, pero cuando ocurre un acto de vandalismo en una clínica de abortos, somos notificados del vandalismo y respondemos como corresponde”.
La práctica médica de Tiller, que incluía la realización de abortos a mujeres en estado avanzado de embarazo, provocó ira, protestas y ataques durante las varias décadas en que ejerció su profesión. Su clínica sufrió un atentado con bomba a mediados de la década del 80. Sobrevivió a un intento de homicidio en 1993, cuando fue herido de bala en ambos brazos. Bill O’Reilly del canal Fox News lo demonizó con el apodo“Tiller, el asesino de bebés”. El Doctor Tiller fue blanco de un procesamiento político por parte de un ex Fiscal General de Kansas, Phill Kline, y fue absuelto hace apenas unos meses de una acusación de delito menor por haber violado las normas del estado sobre la realización de abortos.
Scott Roeder fue arrestado el domingo, poco después del asesinato, cuando iba en su Ford Taurus. El martes, fue acusado de homicidio en primer grado.
Le pregunté a Pederson si creía que el asesinato de Tiller podría haberse evitado si las autoridades, simplemente, hubieran arrestado a Roeder luego de que cometió vandalismo contra la clínica de Kansas City. Pederson hizo una pausa y dijo: “ No lo sé… Yo no tenía la información para relacionar todo”, dijo.
Pero la Dra. Susan Robinson fue terminante. Robinson viaja a Wichita todos los meses para realizar abortos en la clínica de Tiller. Me dijo: “Entre la gente que se encarga de la seguridad de una clínica, en general se considera como verdad que si la aplicación de las leyes locales que persiguen a quienes violan la ley no es demasiado entusiasta, ni enérgica, ni cuidadosa, esas personas se vuelven cada vez más agresivas y cada vez más…se pasan del límite. Esta es una clara violación de la ley FACE. Roeder violó la ley federal en repetidas oportunidades, incluso lo sorprendieron violando la ley federal el día antes de que el Dr. Tiller fue asesinado. Y esto no debería ser pasado por alto”.
Sobre los problemas que la Clínica del Dr. Tiller afrontaba cotidianamente en relación con los opositores al aborto, la Dra. Robinson me dijo: “En Wichita, el Dr. Tiller tenía que lidiar constantemente con la misma falta de aplicación de la ley. Wichita prohibe colocar anuncios en edificios públicos. Pero permitien a los manifestantes contra el aborto poner docenas de cruces y dejarlas allí todo el día. El Dr. Tiller acudió al fiscal de la ciudad por el tema de las cruces, y se quejó de que la gente bloqueaba el acceso a la clínica. Me dijo que el fiscal de la ciudad le dijo: ’Prefiero que me demande George Tiller a que nos demanden los que se oponen al aborto’”.
La ley de Libertad de Acceso a Entradas de Clínicas, de 1994 (FACE, por sus siglas en inglés) tipifica como delito impedir el acceso o dañar las instalaciones de un servicio de salud reproductiva.
Hacer cumplir esta ley salva vidas. George Tiller será sepultado el sábado.
Denis Moynihan colaboró en la investigación de esta columna.
Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. Es co-autora del libro “Standing Up to the Madness: Ordinary Heroes in Extraordinary Times”, recientemente publicado en edición de bolsillo.
© 2009 Amy Goodman
Texto en inglés traducido por Mercedes Camps y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org