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El gobierno de Irán afirma que un científico nuclear vinculado a su programa de enriquecimiento de uranio fue asesinado por sicarios en Teherán el miércoles, convirtiéndose en el último de los científicos iraníes asesinados en una serie de incidentes de similares características. A principios de esta semana, Irán anunció que había condenado a muerte a un hombre nacido en Estados Unidos por supuesto espionaje para la CIA. Mientras tanto, Estados Unidos está liderando una campaña internacional para paralizar las exportaciones de petróleo iraní, con el fin de presionar a Irán para que ponga fin a su supuesto programa de armas nucleares. Irán respondió amenazando con cerrar el Estrecho de Ormuz, un punto de tránsito intenso por donde circula un quinto del petróleo que se comercializa en todo el mundo. “Si aumentamos la sensación de amenaza, quizás en cierta medida evitemos que [los iraníes] desarrollen mayor capacidad, pero también estamos aumentando su deseo de contar con armas nucleares como fuerza disuasoria”, dijo Trita Parsi, fundador y presidente del Consejo Nacional Iraní Estadounidense. “En algún momento, ese deseo va a superar los obstáculos. En esencia, no se puede amenazar la sensación de seguridad de un país”.