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El presidente Obama se comprometió a “hacer todo el esfuerzo necesario” para investigar a fondo la masacre ocurrida en Afganistán el martes. Mientras tanto, cientos de estudiantes de la zona este de Afganistán realizaron protestas contra Estados Unidos, pidiendo que se ponga fin a la ocupación estadounidense en su país. Hablamos con el corresponsal del New York Times en Kabul, Graham Bowley, que cubrió la situación de los familiares sobrevivientes de las víctimas de la masacre de Afganistán, entre ellos Abdul Samad, quien perdió a su esposa, cuatro hijas, cuatro hijos y otros dos parientes. “Esta zona está muy devastada por la guerra, y es muy pobre”, afirma Bowley. “Durante la escalada ofensiva de 2009, las fuerzas de la coalición barrieron esta zona y destruyeron muchos pueblos. [Los habitantes desplazados] no querían volver, pero tuvieron que hacerlo ante la insistencia del gobierno afgano. Abdul Samad y otras personas regresaron a este pueblo, que queda a poco más de un kilómetro y medio del campamento donde estaban asentados los soldados estadounidenses. Samad pensó que aquí iba a estar seguro.” También hablamos con Nancy Youssef, la principal corresponsal del períodico McClatchy en el Pentágono, que compara la masacre en Afganistán con el asesinato de 24 civiles iraquíes llevado a cabo por Estados Unidos en la ciudad iraquí de Haditha en 2005.