Relacionado
En una entrevista poco habitual, dialogamos con Anthony Graves, ex recluso condenado a muerte en el estado de Texas, quien nos cuenta cómo fue su experiencia en régimen de aislamiento y cómo lo absolvieron de toda responsabilidad y lo dejaron en libertad en 2010. En 1994, Graves fue declarado culpable de ayudar a Robert Carter, un hombre al que apenas conocía, en el brutal asesinato de seis personas. No hubo pruebas materiales que vincularan a Graves con el crimen, sino que la condena se basó principalmente en el testimonio de Carter. Antes de ser ejecutado, Carter admitió dos veces haber mentido acerca de la participación de Graves en el crimen. En 2006, un tribunal de apelaciones anuló la condena de Graves y ordenó un nuevo juicio, por considerar que los fiscales habían obtenido declaraciones falsas y habían ocultado testimonios. Después de que Graves pasara 18 años en la cárcel, la mayoría de ellos en el pabellón de los condenados a muerte, un fiscal especial llegó a la conclusión de que era inocente y lo absolvió. Graves volvió a reunirse con su familia. En la actualidad es miembro activo del movimiento a favor de la abolición de la pena de muerte. “Mi experiencia fue un infierno”, dice Graves. “Siempre digo que es como la peor pesadilla que cada uno tiene. Tuve que pasar por esa experiencia todos los días, durante dieciocho años y medio y sencillamente no era vida”. Exhortando a que se ponga fin a la pena de muerte, Graves sostiene: “Están matando en su nombre y yo le digo que se ponga de pie y le diga a esta gente 'Nunca más lo hagan en mi nombre'”.
The original content of this program is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 United States License. Please attribute legal copies of this work to democracynow.org. Some of the work(s) that this program incorporates, however, may be separately licensed. For further information or additional permissions, contact us.