Durante la audiencia sobre Siria realizada el martes en el Senado, el secretario de Estado John Kerry insistió en que el gobierno tiene pruebas irrefutables que demuestran que el régimen de Assad fue responsable del feroz ataque con armas químicas producido a finales de agosto. Pero sigue habiendo preguntas sobre partes clave de la acción militar propuesta por el gobierno. Para analizar estos temas, hablamos con el periodista Mark Seibel de la editorial McClatchy, coautor del artículo “To Some, U.S. Case For Syrian Gas Attack, Strike Has Too Many Holes” (Para algunos, el caso de EE.UU. por el ataque sirio con gases tiene demasiados agujeros). “Cuando hubo que hacer preguntas sobre la eficacia de una investigación de la ONU, la cantidad de personas asesinadas en el conflicto o incluso la rendición de cuentas de EE.UU. sobre lo ocurrido, en qué orden habían ocurrido los hechos, hay contradicciones”, afirma Seibel. Estados Unidos afirma haber “reunido información de inteligencia humana, de señales y geoespaciales” que demostraba que el gobierno de Assad se estaba preparando para un ataque, tres días antes de que ocurriera. “Esa afirmación plantea dos preguntas”, escribe Seibel. “¿Por qué EE.UU. no les advirtió a los rebeldes sobre el inminente ataque y no salvó cientos de vidas? y ¿por qué el gobierno no dijo nada de esa actividad sospechosa, cuando al menos en una ocasión anterior los funcionarios estadounidenses se habían quejado a nivel internacional cuando observaron acciones similares?”