Dr. Atul Gawande: el Ébola es “altamente controlable”, pero la respuesta global ha sido “patética”

Reportaje07 de octubre de 2014

Sierra Leona está suplicando más ayuda internacional para combatir el brote de ébola en la región de África Occidental. Con un registo de 121 muertes, el sábado, fue uno de los días más mortíferos en el país desde la aparición de la enfermedad en la zona hace más de cuatro meses. Al menos 678 personas han muerto hasta el momento en Sierra Leona y la cifra oficial para todo el África Occidental alcanza las 3400 muertes. El lunes, el presidente Obama dijo que su gobierno está trabajando para poner en funcionamiento protocolos especiales de control para identificar, entre los pasajeros de los aviones, personas que pudieran tener el virus del Ébola. Pero descartó emitir una prohibición de viajar a África Occidental. Mientras tanto, el primer paciente diagnosticado con la enfermedad en territorio estadounidense, Thomas Eric Duncan, permanece en estado crítico en un hospital de Dallas. La forma en que se ha manejado el caso de Duncan ha generado cuestionamientos sobre cuán preparados estarían los hospitales de Estados Unidos para manejar un brote de ébola dentro del país. Nos acompaña el Dr. Atul Gawande, cirujano y escritor. Sus libros son record de ventas y se lo considera uno de los escritores sobre salud pública más influyentes del país. “Nuestra respuesta fue patética,” dice Gawande. “Simplemente, no logramos dar ninguna respuesta sustancial. Que el primer caso que salió del continente africano con el virus haya llegado a Estados Unidos, quizás sea lo mejor que nos podía pasar, porque nos hizo dar cuenta de que lo que sucede allí nos afecta aquí. Esta es una enfermedad que se puede detener fácilmente con medidas básicas de salud pública”.

Transcripción
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AARON MATÉ: Sierra Leona está solicitando más ayuda internacional para luchar contra el brote de ébola en África Occidental. El sábado, el país registró 121 muertes, en lo que supone uno de los días más mortíferos desde que la enfermedad apareció hace más de cuatro meses. El presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, habló el lunes.

PRESIDENTE ERNEST BAI KOROMA: En todo esto, debemos ser conscientes de que el Ébola continúa todavía a nuestro alrededor. Necesitamos más centros de tratamiento. Necesitamos al menos 1.000 centros de tratamiento en todo el país. Y lo que estamos haciendo es nuestra responsabilidad. Y como gobierno y como sierraleonenses, es nuestra responsabilidad hacerlo. Pero necesitamos que nuestros socios que quieran ayudarnos lleguen lo más rápido posible. Los necesitabamos ayer. Pero si hoy no están aún aquí, no deben esperar otro día. Deben venir mañana.

AMY GOODMAN: Al menos 678 personas han muerto en Sierra Leona. En total, la Organización Mundial de la Salud dice que al menos 3.439 personas han muerto de ébola en África Occidental, pero se cree que la cifra real podría ser superior. En Washington, el presidente Obama dijo que su gobierno está trabajando en protocolos adicionales para la inspección de los pasajeros de los aviones con el fin de identificar a las personas que podrían tener ébola, pero descartó imponer la prohibición de viajar a África Occidental.

PRESIDENTE BARACK OBAMA: Nosotros también vamos a estar trabajando en los protocolos para llevar a cabo inspecciones adicionales a los pasajeros tanto en la fuente, como aquí en Estados Unidos. Todo esto me hace estar confiado en que aquí en Estados Unidos, al menos, las posibilidades de la aparición de un brote de una epidemia son extraordinariamente bajas.

AARON MATÉ: El primer paciente diagnosticado con ébola en territorio de EE.UU., Thomas Eric Duncan, permanece en estado crítico en un hospital de Dallas. Duncan fue diagnosticado después de volar desde Liberia, el país más afectado por la epidemia. Duncan, que es ciudadano de Liberia, está ahora recibiendo una terapia experimental inicialmente destinada a otras enfermedades virales. El manejo del caso de Duncan ha planteado cuestiones acerca de la preparación de los hospitales de EE.UU. para manejar un brote de ébola. El 25 de septiembre, Duncan solicitó ser tratado en el Hospital Presbiteriano de Salud de Texas, después de que hubiera comenzado a sentirse mal. A pesar de contarle a una enfermera que acababa de regresar de Liberia, fue dado de alta y se le prescribió un tratamiento a base de antibióticos. El 28 de septiembre regresó al mismo hospital en ambulancia, después de vomitar fuera del complejo de apartamentos donde se alojaba. Tras lo que fue diagnosticado con ébola. Mientras tanto, en España, una enfermera en Madrid se ha convertido en la primera persona en contraer la enfermedad fuera de África Occidental. Ella había tratado a un sacerdote enfermo de ébola que murió después de ser repatriado a España desde Sierra Leona.

AMY GOODMAN: Para hablar más sobre el Ébola y otros problemas de salud, tenemos a nuestro propio médico con nosotros. El Dr. Atul Gawande, uno de los escritores sobre política sanitaria más influyentes del país. El Dr. Gawande es cirujano en el Hospital Brigham y Esposa en Boston, y profesor de la Escuela de Medicina de Harvard. También escribe para The New Yorker. Es autor de varios libros, incluyendo “El efecto Checklist. Cómo una simple lista elimina errores y salva vidas”. Su libro más reciente acaba de ser publicado; Se llama “Somos Mortales: la medicina y lo que es importante al final” Hablaremos sobre el nuevo libro al final del programa, pero vamos a empezar con el Ébola. Bienvenido a Democracy Now! Estamos muy contentos de que vuelva a estar con nosotros, Dr. Gawande. Hablemos por un momento sobre el artículo que acaba de escribir sobre el Sr. Duncan y lo que sucedió en ese hospital de Texas. DR.

ATUL GAWANDE: Bueno, esto mostró algunas de las lagunas que hemos tenido, sobre las que he estado escribiendo desde hace mucho tiempo. “El efecto Checklist” hace incapie en la idea de que sabemos qué lista de verificación hay que hacer cuando las personas llegan con enfermedades potencialmente infecciosas. Ellos realmente usaron esa lista de verificación en este hospital, al preguntarle a alguien que tiene fiebre sobre su historial de viajes. La enfermera registró que había estado en África. Él en realidad no les dijo que había estado en Liberia. Fue una respuesta más vaga— él dijo: “África”. Pero ella reconoció que esto podría ser un caso de ébola, incluyó la información en los registros, y luego los médicos— hubo un error en la comunicación. Los médicos no verificaron la información. Este tipo fallos, sin embargo, sucende constatemente en todo el país. Esto no fue nada especial. Y creo que ha obligado a nuestros hospitales a darse cuenta de que tienen que descargar las listas de verificación y aprender a usarlas. El gran error, el error más común, es un fallo de la comunicación como este— el error de no pasar la información que es de importancia crítica.

AMY GOODMAN: Quería volver por un momento al libro “El efecto Checklist”. El libro no se refiere directamente al Ébola, pero el argumento que usted utiliza, ya sabe, siendo un cirujano, trabajando en cirugía, habla de lo que significa simplemente conocer a las personas, a las enfermeras y los demás, que están asisitiendo al médico. Hable acerca de todo ese escenario. DR.

ATUL GAWANDE: Bueno, esto es casi una cuestión filosófica en nuestra profesión, ¿cierto? ¿Seguimos los procedimientos conocidos que existen, o nos guiamos por nuestro propio juicio en cada ocasión? Bueno, en la sala de operaciones, algunas de las maneras que conocemos para lograr aumentar la seguridad tienen que ver con las prácticas de infección, y otras con la comunicación. Hay que asegurarse de que las enfermeras tienen la oportunidad de hablar y expresar sus preocupaciones. Debe asegurarse de que el anestesiólogo ha revisado la historia clínica y las preocupaciones específicas del paciente. Y a continuación, el cirujano revisa cuáles son las principales preocupaciones y cuáles son los planes para la operación. Se podría pensar que hacemos esto cada vez, ¿verdad? Ya sabes, es como entrar en un avión: Ejecutas la lista de verificación antes del despegue-. Pues no lo hacemos. Hemos descubierto que poniendo esto en práctica podríamos bajar la tasa de mortalidad del 47 al 18 por ciento.

AMY GOODMAN: ¿Conocer los nombres de las enfermeras disminuye la tasa de mortalidad? DR.

ATUL GAWANDE: Sí, conocer a tu equipo, que todos se hayan presentado, que sean un grupo. Es como, ya sabes, cuando un equipo de fútbol americano hace un corrillo antes de ir a la línea. Si ellos no hicieran el corrillo, la gente no sabría necesariamente— simplemente asumirían que sabes a dónde va a ir la pelota. Lo mismo sucedió con el Ébola. Por lo tanto, en una sala de operaciones, estamos viendo uan reducción del 18 al 47 por ciento en las muertes cuando la gente pone en práctica este tipo de herramientas básicas. Holanda implementó esto en todo el país, y en comparación con su grupo de control, bajaron la tasa de mortalidad en un 47 por ciento. Tenemos un proyecto en todo el estado de Carolina del Sur, para asegurarnos de que esto se lleva a cabo en todo el estado. Y es difícil de lograr, porque hay una barrera cultural. Esa es la barrera que vimos en el hospital de Texas, que es algo que está sucediendo en todo el país. Dos millones de personas entran en los hospitales, y cogen infecciones en el hospital con las que no habían llegado, porque la gente no lleva la ropa de forma adecuada, no se ponen los guantes correctamente, no se lavan las manos correctamente. Sabemos cómo hacer las cosas bien, pero no siempre realizamos el proceso de forma sistemática.

AARON MATÉ: Usted habla sobre la importancia de una simple confirmación verbal. DR.

ATUL GAWANDE: Si. El fallo aquí, el tipo de fallo de la seguridad más común en los hospitales, es que la gente no comunica la información crítica. El hecho de que lo hayas ingresado en el ordenador no significa que alguien vaya a saberlo y a utilizarlo. Y se llama circuito de comunicación cerrado. En otras industrias de alto riesgo, se le comunica verbalmente a otra persona la información crítica y se aseguran de que la haya recibido y entendido, ya sea de una manera u otra. Se puede confirmar electrónicamente que han recibido la información, o cara a cara. Si te preocupa tener un posible enfermo de ébola, no lo ingresas en el ordenador. Lo comunicas y te aseguras de recibir una respuesta. Y es allí donde está el fallo.

AMY GOODMAN: Esto también se refiere a todo el tema de los registros médicos digitales— después de haber pasado tiempo visitando a gente en los hospitales, ver la frustración de las enfermeras y los médicos que pasan más tiempo frente a la pantalla de la computadora, tratando de encontrar la manera de categorizar cosas puntuales, cuando simplemente quieren transmitir las impresiones que tienen. DR.

ATUL GAWANDE: Sí, estamos en— Yo la llamaría la fase DOS de Windows de la informatización de Estados Unidos. Sin duda tener ordenadores ha hecho la vida increíblemente más segura para los pacientes, hay información que de otro modo no se tendría, las recetas no son ilegibles y difíciles de leer. Pero al mismo tiempo, ahora pasamos nuestras vidas mirando la pantalla del ordenador en vez de a los pacientes. Las encuestas que analizan la desmoralización entre los médicos encuentran que las computadoras son, en sí mismas, la causa de una tremenda desmoralización. Nos hemos convertido en trabajadores que ingresan datos, que pasamos cada vez más y más tiempo introduciendo datos, en lugar de cuidar correctamente a los pacientes. El diseño de los sistemas es lo que tiene que cambiar. Necesitamos que sean sistemas amables con el usuario, que hagan que sea más fácil ser un experto en el cuidado de la gente. Y no creo que la industria de las computadoras este haciendo eso aún.

AMY GOODMAN: Más allá del caso señor Duncan en este hospital de Texas. Hable acerca de la crisis del Ébola. Miles de personas han muerto. Hemos visto al presidente de Sierra Leona buscando desesperadamente ayuda. ¿Qué se está haciendo mal? ¿Por qué no esta siendo contenido? ¿Y cuáles son las implicaciones de esto para la salud pública? DR.

ATUL GAWANDE: Sí, la epidemia en África Occidental es grave, y rápidamente, cada vez es peor. Y lo que la gente no entiende es este brote que comenzó el pasado diciembre. Comenzando el 31 de marzo, Médicos Sin Fronteras dijo que los hospitales de Guinea y de Liberia no daban a basto, y deseperamente estaban pidiendo ayuda. Tan tarde como el 2 de septiembre, ellos le decían a la ONU y a otros que la ayuda que estaba siendo proporcionada era un desastre, que esta era una enfermedad cuyo número de casos se estaba duplicando cada tres semanas. Y nuestra respuesta fue patética. Simplemente no montamos una respuesta substancial. Puede ser que lo mejor que haya pasado fue que el primer caso en irse del continente africano haya venido a Estados Unidos, porque nos ha movilizado y nos hemos dado cuenta que lo que sucede allí nos importa aquí. Y de pronto, ahora estamos movilizando a miles de personas para que vayan.

El Centro para el Control de Enfermedades ha montado la mayor operación mundial de salud pública en la historia del gobierno de Estados Unidos. Y estará trabajando distrito por distrito para crear unidades de tratamiento de emergencia y aislar las fuentes de contagio. Ahora, la segunda parte de esto es, que se trata de una enfermedad que es sumamente parable con medidas de salud pública básicas, con las medidas más básicas de control de infección que habitualmente seguimos, que deberíamos estar siguiendo, en nuestros propios hospitales. De ésta manera, llama la atención el hecho de que esto este pasando en los lugares donde los sistemas de salud no funcionan. Hay personas que están siendo rechazadas en los hospitales porque las camas no dan a basto.

AARON MATÉ: Algunos piden el cierre de las fronteras, incluso para viajar aquí en EE.UU. desde África occidental. ¿Cuál es su opinión al respecto? DR.

ATUL GAWANDE: Es realmente un peligro hacer eso. Para poder frenar el aluvión, una de las cosas que los modelos muestran es que si simplemente se trata de frenar esto con una prohibición de viajar, los trabajadores de la salud no pueden entrar. La enfermedad explota dentro del área confinada. Se propaga aún más ampliamente. Y sólo se retrasado su propagación por fuera de la frontera por un par de semanas. La realidad es que vamos a ver algunos casos en los próximos meses que puedan llegar hasta aquí. Sabemos cómo contenerla. Sabemos cuál es el procedimiento para protegernos de ella. Y no se convertirá en una epidemia aquí. El público en general no está en riesgo. Este es un virus difícil de propagar. Es más difícil que el resfriado común. No se propaga en el aire. Se propaga si usted tiene contacto con el vómito, la sangre, los excrementos, la saliva de una persona que está enferma e infectada activamente, usted es el único en riesgo. Y esos son los que cuidan. Es por eso que las personas que se están contagiando son los trabajadores de salud y familiares. Las medidas básicas terminan conteniendolo de manera muy rápida.

AMY GOODMAN: ¿Esto no está también relacionado con la cuestión de la salud pública frente a la salud privada? Quiero decir, con epidemias como estas, no es el interés de las corporaciones el haber desarrollado cura para esto. No obtienen un gran margen de ganancia. La Organización Mundial de la Salud, la Asamblea Mundial de la Salud, todos tenían sus presupuestos hechos trizas en un momento en el que parece que necesitamos esto más que nunca. DR.

ATUL GAWANDE: Sí, la vacuna contra el Ébola había estado en desarrollo con más de un par de años de antelación. Y el interés por ella nunca iba a venir de una corporación con fines de lucro, porque, no se podía contar que habría este tipo de epidemia para utilizarlo. Entonces, a cambio, el gobierno— se necesita la inversión pública en salud pública y en este tipo de investigación. No se hizo nada. Ahora hay un gran interés, y ahora tienes al National Institutes of Health y una empresa farmacéutica tratando de sacar este fármaco que estuvo en el estante un par de años.

AMY GOODMAN: Estamos hablando con el Dr. Atul Gawande. Es autor de varios libros: “El efecto checklist”. Su libro más reciente,”Somos mortales: la medicina y lo que es importante al final. Vamos a hablar sobre el libro en un minuto.

Traducido por Igor Moreno, Constanza Sánchez Chiappe. Editado por Igor Moreno, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español

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