El Presidente Obama recibió a líderes centroamericanos en la Casa Blanca el pasado viernes, para dialogar acerca de los niños inmigrantes que llegan a la frontera entre México y Estados Unidos. Obama se reunió con los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, los tres países de origen de la mayor parte de los inmigrantes que huyen de la violencia y la pobreza. Obama dijo haber advertido que los niños que no tengan razones válidas para permanecer en el país serán deportados.
El Presidente Obama sostuvo: “Debemos detener la permanente llegada de niños que se ponen a sí mismos en situaciones de alto riesgo, y a las familias que hacen que sus niños corran grandes riesgos. Por lo que hago énfasis en que, dentro de un marco legal y humanitario y mediante un debido proceso, los niños que no posean razones válidas y las familias con niños que no posean razones válidas en algún momento serán sujetos a repatriación a sus países de origen”.
El Presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, afirma que le solicitó a Obama ayuda de Estados Unidos para combatir las causas originarias de la crisis migratoria, entre ellas la gran demanda estadounidense que impulsa el tráfico de drogas en América Central. El Presidente Obama pidió a los republicanos 3.700 millones de dólares para hacer frente a la crisis migratoria, pero los republicanos han presentado un plan para asignar menos de mil millones. Por otro lado, un grupo de defensores de los derechos de los inmigrantes ha anunciado que instalará una línea de protesta ante la Casa Blanca hoy “a menos que y hasta que los indocumentados estén representados en la mesa de negociaciones”.
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