Relacionado
En Dakota del Norte, más de mil activistas de pueblos originarios de distintas tribus se dieron cita en el campamento Espíritu de la Piedra Sagrada donde los manifestantes bloquean la construcción del oleoducto Dakota Access de $3,8 mil millones de dólares. Los manifestantes afirman que el oleoducto amenazaría con contaminar el río Missouri, que proporciona agua no solo a la tribu sioux de Standing Rock sino también a millones de personas que viven río abajo. Para saber más de este tema, nos acompaña Winona LaDuke, activista indígena estadounidense y directora ejecutiva del grupo Honor the Earth (Honrar la Tierra). LaDuke vive y trabaja en la Reserva White Earth ubicada en el norte de Minnesota.
Transcripción
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman. Continuamos con nuestra cobertura de la creciente movilización indígena contra la construcción del oleoducto Dakota Access, estimado en 3.8 mil millones de dólares que, según las comunidades, pondría en riesgo de contaminación al Río Missouri. Nos acompaña la activista indígena Winona Laduke, directora ejecutiva de la organización Honor the Earth (Honrar la Tierra). Ella vive y trabaja en la Reserva White Earth, ubicada en el norte de Minnesota. Además, ha sido candidata a la vicepresidencia por el Partido Verde en 1996 y 2000.
Winona, bienvenida a Democracy Now! Cuéntanos por qué has venido hasta aquí, desde la Reserva White Earth donde vives, para participar en la lucha contra el oleoducto Dakota Access.
WINONA LADUKE: Bueno, ante todo buenos días, Amy y Dave. Nuestra reserva, en el norte de Minnesota, nuestro territorio, fue el sitio elegido para construir el oleoducto Sandpiper. Durante los últimos cuatro años he luchado contra la empresa Enbridge. Esta empresa está proponiendo construir tres nuevas tuberías en nuestro territorio. Una es el oleoducto Sandpiper que cruzaría… básicamente, la construcción de este oleoducto, afectaría a cinco de nuestras reservas, ya que atravesaría el Río Mississippi y el corazón de nuestra zona de cultivo de arroz silvestre.
Enbridge está queriendo abrir un nuevo corredor, porque tienen un corredor viejo, que según ellos tiene seis tuberías que, bueno, fueron construidas hace 50 años y están destruidas. De modo que, en vez de limpiar ese lío que dejaron allí, lo que quieren es empezar un lío nuevo en otra zona. Durante 4 años hemos estado luchando contra ellos y diciéndoles que no pueden hacerlo. Y bueno, los tribunales han fallado a nuestro favor y ahora se exige un estudio de impacto ambiental completo. Y la demanda de las tribus es tener participación en este proceso.
Asi que esto me resultó muy sorprendente, porque Enbridge nos había dicho que no había otra opción, que ese proyecto era tan importante para ellos, que la única manera que tenían para sacar el petróleo al mercado era por el norte de Minesota. Y entonces, de la noche a la mañana se olvidan de nosotros por completo y se trasladan a Dakota del Norte. Me pareció tan falso de su parte.
AMY GOODMAN: Así que te fuiste…
WINONA LADUKE: Me vine a Dakota del Norte, sí
AMY GOODMAN: Cuéntanos qué fue lo que encontraste allí.
WINONA LADUKE: Bueno, lo que descubrí en Dakota del Norte es que el gobierno de este estado está haciendo lo imposible para favorecer a las empresas petroleras, aunque realmente ahora aquí hay más demandas judiciales que perforaciones activas. Pero bueno, se realizó una fuerte promoción del desarrollo petrolero en la formación Bakken y, básicamente, de la posibilidad de agotar completamente el lecho de la Madre Tierra, meterle un montón de químicos y mirar para otro lado, haciendo de cuenta que todo está de maravillas en Dakota del Norte. De modo que Dakota del Norte tiene todo ese petróleo atrapado, sin salida al mar. Les está yendo bastante mal con eso ahora. Hay una caída del 85% en las perforaciones activas en la formación Bakken. El hecho es que aunque no les está funcionando tienen la firme determinación de sacar todo el petróleo que puedan de ahí, así que decidieron construir este oleoducto. Y bueno, yo diría que los responsables de regular esto en Dakota del Norte están realmente… bueno, yo diría que están arreglados con las empresas petroleras y hacen la vista gorda a lo que sucede. De modo que están presionando para llevar a cabo la construcción de estos oleoductos y que avancen muy, muy, rápidamente, sin realizar los debidos procesos de consulta con las tribus ni un estudio de impacto ambiental exhaustivo.
Y eso es lo que debería hacerse. Tiene que haber un informe exhaustivo de impacto ambiental sobre el proyecto. Y también, bueno, lo que yo digo, lo que nosotros decimos es que el impacto va desde la extracción al transporte del petróleo. En otras palabras, no se trata solo de cómo se transporta el petróleo. Tampoco se trata exclusivamente del riesgo que existe de contaminar todas, bueno, estas cuencas hidrográficas. Ni es sólo el hecho de que el ex editor de la revista Scientific American, Trudy Bell, haya dicho que existe un 57% de probabilidades de una derrame catastrófico. Ni siquiera se trata de eso. La cuestión es qué hacemos con todo el carbono. Estamos viviendo en un mundo donde, bueno, en Sira hace cinco años que no llueve. Hay tormentas catastróficas por todos lados. Y este oleoducto va a liberar unas 250.000 toneladas diarias de carbono a la atmósfera. De eso se trata el oleoducto Dakota Access. Y está mal. O sea, una corporación privada no puede venir a destruir cosas… una corporación canadiense, dicho sea de paso. Enbridge ni siquiera es una empresa estadounidense, o sea, Enbridge es una empresa canadiense. Y no tienen derecho a destruir nuestra agua, no tienen derecho a poner en peligro nuestro futuro.
AMY GOODMAN: ¿Puedes hablarnos un poco más acerca de Enbridge? Recientemente, has escrito que Enbridge se parece mucho a Enron. Explícanos por qué.
WINONA LADUKE: Sí. A Enbridge no le está yendo muy bien. O sea, yo vengo escribiendo cartas. Me siento un poco como la película “Roger & Me”. Le he escrito cartas a Al Monaco, presidente de Enbridge, diciéndole: “Oye, soy Winona, de White Earth, tengo algunas preguntas”. O sea, el año pasado tuvieron unas detonaciones catastróficas. Y este año, bueno, el 30 de junio perdieron la licitación para una gran tubería. O sea, Enbridge se dedica al negocio de las tuberías. Y este era el gasoducto Northern Gateway, presupuestado en 7.9 mil millones de dólares. Creían que lo tenían asegurado con el gobierno de Harper. O sea, sonaba bastante bien tener el aval de Stephen Harper en Canadá. Pero luego entra Trudeau como Primer Ministro. Cada tribu de esa región, cada Primera Nación de esa región, y la provincia de Columbia Británica en su conjunto, se oponían al oleoducto, que se proponía llegar a Port Ktimat, una zona virgen llena de fiordos. Entonces, lo que pasó es que un fallo de la Corte Federal de Apelaciones de Canadá determinó que todos los permisos eran nulos y que, de hecho, Enbridge y gobierno tenían que volver a cero e ir a hablar con las Primeras Naciones, realizar la consulta correspondiente con las tribus. Eso seguramente tuvo un impacto bastante fuerte para Enbridge, tratándose de un oleoducto de 7.9 mil millones de dólares. O sea que los tenemos contra las cuerdas allá, en Minesota. Y ahora están en el proceso de realizar el Estudio de Impacto Ambiental, aunque hubieran preferido eludir la cuestión de alguna manera. Pero fue un proceso al que se vieron obligados por los habitantes de Minnesota y las tribus originarias.
Y a esto hay que agregarle el problemita que se conoce como el escándalo de los tubos defectuosos. Sucede que en julio el National Observer publicó una información filtrada del Consejo Nacional de Energía según la cual Enbridge y otra empresa llamada Kinder Morgan habían comprado unos tubos con descuento a una… a Cana Oil, Canada Oil, que es una empresa localizada en Tailandia. Compraron estos tubos y válvulas con fallas. Y el Consejo Nacional de Energía de Canadá, el gobierno canadiense, dice: “Situación de emergencia: ¿Dónde están esos tubos, Enbridge?” A lo que los abogados de Enbridge responden que necesitan tiempo para revelar la ubicación exacta de estos tubos. Y bueno, así estamos, en el norte de Minessota hay seis tuberías que atraviesan nuestro armonioso ecosistema. Así que me pregunto si alguno de esos tubos defectuosos puede llegar a estar ahí. O tal vez están en el Lago George, que queda junto a mi reserva. Nosotros queremos un informe detallado sobre la ubicación de estos tubos defectuosos de la empresa Endridge. Y bueno, fíjate en esto, luego tuvieron un un 40%… tuvieron una caída del 40% en sus acciones, o sea, tomando lo que era hace dos años. Así que me parece que a Enbridge no le está yendo muy bien, sobre todo a los ojos de sus inversionistas. Y todos esos pasivos que tienen nos los están trasladando a nosotros, a la gente estadounidense, a los pueblos originarios, y están tratando de metérselos por la fuerza al pueblo de Standing Rock. Yo creo esa empresa no es una empresa confiable.
AMY GOODMAN: Winona, el mes pasado la Unión Internacional de Trabajadores de América del Norte (LIUNA, por su sigla en inglés), expresó su apoyo a la construcción del oleoducto Dakota Access. Terry O’Sullivan, secretario general de LIUNA, dijo a través de un comunicado: “Los hombres y mujeres de LIUNA felicitamos al cuerpo de ingenieros del Ejército Estadounidense por su supervisión imparcial y minuciosa del oleoducto Dakota Access. … Para los hombres y mujeres altamente calificados y capacitados de LIUNA, proyectos como el oleoducto Dakota Access son más que simples tuberías. Son fuentes vitales de sustento para sostener empleos que mantienen familias enteras”. El delegado de LIUNA para la sede Local 563, Cory Bryson, dijo: “Hemos recibido muchísimas llamadas de gente de todo el país que quiere trabajar en la construcción de este oleoducto. Los grandes oleoductos, como el Dakota Access, brindan excelentes oportunidades de trabajo e impresionantes salarios para nuestros miembros”. ¿Qué le responderías, Winona LaDuke?
WINONA LADUKE: Mi respuesta es que Estados Unidos tiene muy malas calificaciones en infraestructura. Por eso tenemos puentes que colapsan, por eso hay tantos problemas en Flint, Michigan. Por eso todo se está desmorona en este país. Y lo que necesitamos es que esos trabajadores calificados trabajen en infraestructura para la gente. Lo que digo es que tomemos esas tuberías que están ahí, en el norte de Minnesota, y las mandemos a Flint, Michigan. Allá se necesitan obras infraestructura de millones de dólares. No necesitamos oleoductos en el norte de Minnessota. Lo que digo es que la mayoría de nuestras reservas indígenas no cuentan con la infraestructura adecuada. Nos vendría muy bien un poco de ayuda con nuestros sistemas de agua y alcantarillado. Estoy totalmente a favor del movimiento obrero, pero lo que quiero son oleoductos e infraestructura para el pueblo, no para los combustibles fósiles ni para las empresas petroleras. Estoy totalmente a favor de eso. Podría haber trabajo para muchísima gente, incluso habŕia cinco veces más trabajo en la construcción de infraestructura para las comunidades, para los pueblos, que si ponemos todas las fichas en un solo oleoducto y esperamos que eso nos salve. Así que les pido a los trabajadores estadounidenses que nos apoyen y digan con nosotros que queremos tuberías e infraestructura para el pueblo, obras que sean para las comunidades y no para las empresas petroleras que destruyen nuestro ambiente e intensifican la destrucción del cambio climático en nuestro planeta.
AMY GOODMAN: Winona LaDuke, muchas gracias por estar con nosotros. Activista indígena estadounidnense, directora ejecutiva de la organización Honor the Earth (Honrar la Tierra). Vive y trabaja en la Reserva White Earth, ubicada en el norte de Minnesota. Esto es Democracy Now! democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Después de la pausa, nos vamos a Tulsa y a Carolina del Norte. Quédense con nosotros.