Jane Mayer habla de Robert Mercer y del dinero espurio detrás de Trump y Bannon

Reportaje23 de marzo de 2017
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Analizamos quién es Robert Mercer, un hombre que, se dice, ha superado a los hermanos Koch en la elección de 2016. Al sigiloso multimillonario y magnate de fondos de inversión y a su hija Rebekah muchos les atribuyen tener un papel instrumental en la elección de Donald Trump. “Los Mercer hicieron el trabajo preliminar para la revolución Trump”, dijo el principal estratega de Trump, Stephen Bannon. “De manera irrefutable, cuando se analizan los donantes de los últimos cuatro años, ellos tuvieron más impacto que nadie, incluso más que los Koch”. Antes de sumarse a la campaña de Trump, Bannon y Kellyanne Conway trabajaban estrechamente con los Mercer. Los Mercer le proporcionaron fondos a Breitbart News de Bannon, así como también a algunos de los proyectos cinematográficos de Bannon. Conway dirigió un comité de acción política creado por los Mercer para, en un principio, dar el respaldo a la candidatura de Ted Cruz. Si bien los Mercer han ayudado a reformar el panorama político estadounidense, todo su trabajo ha sido hecho en las sombras.
Para saber más de este tema, hablamos con Jane Mayer. Mayer escribe para la revista The New Yorker. Su artículo más reciente se titula “The Reclusive Hedge-Fund Tycoon Behind the Trump Presidency: How Robert Mercer exploited America’s populist insurgency” (El solitario magnate de fondos de inversión. Cómo Robert Mercer aprovechó la insurgencia populista estadounidense). Además, es autora del libro “Dark Money: The Hidden History of the Billionaires Behind the Rise of the Radical Right” (Dinero espurio: la historia oculta de los multimillonarios que apoyaron el surgimiento de la derecha radical), que acaba de salir a la venta en versión de bolsillo.

Transcripción
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NERMEEN SHAIKH: Vamos a hablar ahora del hombre que, según se dice, ha sobrepasado a los hermanos Koch en aportes para las elecciones 2016 en Estados Unidos. Su nombre es Robert Mercer, magnate de los fondos de cobertura. Mucha gente atribuye a este sigiloso multimillonario y a su hija Rebekah un papel fundamental en la victoria electoral de Donald Trump. En palabras de Steve Bannon, el jefe de estrategia de Trump: “Los Mercer sentaron las bases para la revolución de Trump. Si observamos las donaciones de los últimos cuatro años, ellos indudablemente han tenido más impacto que ningún otro donante, incluyendo los Koch”. Antes de unirse a la campaña de Trump, tanto Bannon como Kellyanne Conway habían trabajado muy de cerca con los Mercer. Los Mercer aportaron fondos para el canal de noticias de Steve Bannon, Breitbart News, así como para algunos de sus proyectos cinematográficos. Conway dirigió un Comité de Acción Política (Super PAC, en inglés) que inicialmente había sido creado por los Mercer para respaldar la candidatura de Ted Cruz. Los Mercer también invirtieron en una empresa de recolección y procesamiento de datos llamada Cambridge Analytica, que asegura poseer los perfiles psicológicos de más de 200 millones de votantes estadounidenses. Esta empresa fue contratada por la campaña de Trump para tener más llegada a votantes potenciales. A pesar de su incidencia en la reconfiguración del escenario político estadounidense, los Mercer siempre han trabajado en la sombra. No hablan con los medios y rara vez dan declaraciones públicas.

AMY GOODMAN: Durante la campaña electoral presidencial, se pronunciaron públicamente solo en dos ocasiones. Una de ellas fue en defensa de Donald Trump ante la difusión de una grabación filtrada del programa 'Access Hollywood' del año 2005, en la que se veía a Trump jactándose de haber agredido sexualmente a mujeres. Frente a esto, los Mercer escribieron: “Las arrogancias privadas del Sr. Trump nos son completamente indiferentes”. Y agregaron: “Estados Unidos por fin está harto y asqueado de su élite política. Trump está dando cauce a este enojo y quienes desde la élite política se dejan llevar por el chismorreo mediático no se dan cuenta que el 8 de noviembre Estados Unidos se prepara para una elección apocalíptica. Tenemos que salvar al país y solo hay una persona que pueda hacerlo. Nosotros, así como estadounidenses de todo el país y el mundo, apoyamos firmemente a Donald J. Trump”. Esas fueron las palabras de Robert y Rebeca Mercer un mes antes de que Trump ganara las elecciones. Luego de la victoria electoral, Rebekah Mercer se unió al equipo de transición de Trump y Robert Mercer organizó una fiesta de celebración en su finca de Long Island, una fiesta de disfraces de héroes y villanos. Kellyanne Conway se disfrazó de Superwoman. Donald Trump se disfrazó de sí mismo. Para ampliar la información acerca de los Mercer, nos acompaña Jane Mayer, redactora de la revista The New Yorker. Su último artículo se titula: “The Reclusive Hedge-Fund Tycoon Behind the Trump Presidency: How Robert Mercer exploited America’s populist insurgency”. (El solitario magnate de fondos de inversión. Cómo Robert Mercer aprovechó la insurgencia populista estadounidense). Además, es autora del libro “Dark Money: The Hidden History of the Billionaires Behind the Rise of the Radical Right”, (Dinero espurio: la historia oculta de los multimillonarios que apoyaron el surgimiento de la derecha radical), que acaba de salir a la venta en edición de bolsillo. Jane Mayer, bienvenida a Democracy Now! El artículo comienza hablando sobre un antiguo colega de Mercer, que dice: “En mi opinión, Trump no sería presidente si no fuera por Bob”. Cuéntanos quién es Robert Mercer.

JANE MAYER: Pues bien, como ustedes mencionaban recién, se trata de un magnate de los fondos de cobertura de Nueva York. Es experto en informática; una especie de súper nerd, genio de las matemáticas, que descubrió la forma de apostar con las acciones y los mercados de bonos y materias primas a través de las matemáticas. Dirige algo así como un fondo de cobertura en Long Island, llamado´Renaissance Technologies´. Él es el codirector ejecutivo. Y esta empresa es una máquina de hacer dinero. Así que él es sumamente rico. Según la revista Institutional Investor, gana al menos 135 millones de dólares al año, probablemente más. Y parece que lo es está haciendo es intentar aprovechar esta fortuna para reconfigurar, primero al Partido Republicano y luego a Estados Unidos según su propia mirada del mundo. Su ideología es extrema. Es muy de extrema derecha. Odia el Estado. Un poco… Según David Magerman, otro miembro de Renaissance Technologies, Bob Mercer quisiera reducir el Estado al tamaño de una cabeza de alfiler. Desprecia los servicios sociales y a las personas que los necesitan. De modo que él ha sido un poder que ha actuado tras bastidores para la campaña de Trump. De alguna manera fue quien rescató la campaña de Trump al final, él y su hija. Y bueno, la mayoría de la gente piensa que Trump fue un candidato que lo hizo todo por su cuenta, tenía su propia fortuna y a menudo se jactaba de no necesitar ayuda y no tener condicionamientos; y decía que iba a desmantelar la corrupción. Y sin embargo, resulta que había alguien tras bastidores que lo ayudó enormemente.

AMY GOODMAN: Vamos a detenernos en ese momento, cuando, como tú decías, ellos salvaron a Donald Trump. Algo que hoy ha cobrado gran relevancia. Fue cuando Manafort fue obligado a abandonar su cargo como jefe de campaña de Donald Trump. La campaña estaba en caos. Él había tenido que abandonar la campaña debido a sus lazos con Ucrania y Rusia y la denuncia de que él podría haber aceptado cierto dinero. Bueno, háblanos de eso.

JANE MAYER: Bueno pues, la campaña de Trump estaba realmente que se hundía. Eso fue en agosto. Los titulares de todos los medios daban a entender que Paul Manafort, que había sido jefe de campaña de Trump, tenía vínculos bastante perversos con oligarcas ucranianos y con fuerzas pro Putin. Fue vergonzoso. Así que finalmente, después de un par de días con estos titulares, se vio obligado a renunciar. Y la campaña empezó a entrar en una especie de espiral descendente. Entonces, en un evento de recaudación de fondos en Long Island en casa de Woody Johnson —el dueño del equipo Jets de fútbol americano— Rebekah Mercer, la hija del magnate de los fondos de cobertura Bob Mercer, como que arrinconó a Trump y le dijo: “Mira, nosotros quisiéramos donar dinero para tu campaña. Te respaldaremos, pero tú tienes que tratar, bueno, de estabilizar las cosas”. Y básicamente le dijo: “Yo te voy a recomendar a la gente adecuada para eso”. Y se trataba de operadores políticos a quienes la familia Mercer venía financiando en los últimos años. El más importante de estos era Steve Bannon, que ahora está haciendo para Trump… bueno, es el estratega político de Trump, que es el trabajo que antes desempeñaba para la familia Mercer. O sea que se trata de operadores políticos muy cercanos a este gran donante. La otra fue Kellyanne Conway, que venía manejando un enorme fondo para la campaña de Cruz, como ustedes mencionaban en la introducción, que en gran parte se conformaba con dinero de los Mercer. Y bueno, ella fue incorporada en la campaña como directora y Bannon como jefe. Y hay una tercera persona, David Bossie, cuya organización Citizens United (Ciudadanos Unidos) también recibía mucho apoyo de la familia Mercer, que entró como subdirector de campaña. Así que, básicamente, al rescatar su campaña electoral este grupo de gente va envolviendo a Trump. Y desde ahí pasa a envolver también la Casa Blanca de Trump, volviéndose clave en su gobierno. Es la gente de los Mercer.

NERMEEN SHAIKH: Bien. Jane Mayer, Rebekah Mercer, a quien recién mencionabas, es conocida como “la primera dama de la derecha alternativa”. Ahora bien, tú intentaste entrevistar a Rebeca y Robert Mercer para este artículo. ¿Qué respuesta tuviste?

JANE MAYER: Pues bueno, desde el principio supe que no había ninguna esperanza de lograrlo. Tratan con total desprecio a los medios de comunicación masivos. Robert Mercer apenas si habla con la gente, con sus conocidos y con la gente con quien trabaja. O sea, es tan callado que a menudo dice… bueno, en realidad una vez le confesó a un colega que prefería totalmente la compañía de los gatos a la de los seres humanos. Puede estar reuniones y cenas enteras sin pronunciar una palabra. Nunca habla con la prensa. Hasta donde sé, solo le ha dado una entrevista a alguien que estaba escribiendo un libro, que describió su actitud como la de un frío jugador de póquer. Su hija, Rebeca Mercer, tiene 43 años, también ha trabajado un poco en el fondo de cobertura de la familia y es graduada de Stanford. Ella es un poco más abierta. Ha participado en reuniones de recaudación de fondos de la derecha y se ha pronunciado muy firmemente, enardecidamente de hecho. Pero tampoco ella habla con la prensa. De modo que yo tenía muy pocas esperanzas de que me dieran una entrevista.

AMY GOODMAN: ¿Puedes contarnos cómo fue que los Mercer, Robert y Rebekah Mercer, conocieron a Andrew Breitbart? ¿Cómo se desarrolló ese vínculo y cómo llegaron a relacionarse con Bannon?

JANE MAYER: Bueno, claro. La familia Mercer, Robert y su hija Rebekah, conocieron a Andrew Breitbart creo que a finales de 2011 o comienzos de 2012, cuando habló en una conferencia del Club for Growth, otro grupo de extrema derecha. Y enseguida se vieron seducidos por Andrew Breitbart, un personaje con un carácter bastante opuesto al de Bob Mercer. Breitbart era abierto y alegremente provocativo; le encantaba ofender a la gente y hablar de manera vulgar solo para llamar la atención. Y entonces este hombre hermético de extrema derecha, dedicado a los fondos de cobertura, quedó simplemente fascinado a más no poder con Breibart. Y lo que… creo que lo que más lo cautivó fue la visión de Breitbart en cuanto a esto: “Vamos a”… Bueno, él decía: “Los conservadores no podremos ganar hasta que básicamente nos enfrentemos a los medios de comunicación y creemos nuestra propia fuente de información”. Quería declarar una guerra de información en Estados Unidos, contra el peridodismo basado en datos concretos, y sustituirlo por medios con sus propias visiones. Lo que él, Breitbart, necesitaba en ese momento, era dinero. Necesitaba dinero para fundar Breitbart News, que a esa altura constaba solamente de un par de blogueros.

AMY GOODMAN: Cuéntanos un poco más sobre Breitbart News y sobre lo que representaba la “alt-right” (derecha alternativa), si se trata de antisemitismo o de supremacía blanca, y por qué ellos se sintieron atraídos por esto.

JANE MAYER: Bueno pues, es algo que fue cambiando. Lo que ocurrió fue que… O sea, comenzó siendo… Andrew Breitbart había colaborado en el armado del periódico The Huffington Post. Así que su intención era lanzar una versión derechista de este periódico. Entonces comenzó a organizarlo y contaba con Steve Bannon, que era íntimo amigo suyo y había trabajado en la banca de inversiones. Así que Bannon consiguió que los Mercer invirtieran 10 millones de dólares para convertir esta iniciativa en algo que realmente pudiera tener impacto. Y estaban a punto de lanzarlo a lo grande. Faltaban pocos días para el lanzamiento cuando Andrew Breitbart falleció. Eso fue en marzo de 2012. Tenía apenas 43 años y sufrió un repentino ataque al corazón. De modo que estaba por lanzar esta operación a gran escala y de repente se quedo acéfala. Ahí fue cuando Steve Bannon intervino y se colocó a la cabeza de Breitbart News. En manos de Bannon, el portal se convirtió en una fuerza del nacionalismo económico y, según alguna gente, también de la supremacía blanca. Tenía una sección fija sobre delitos vinculados a la población negra. Desde allí se presentó, y prácticamente se lanzó, la carrera de Milo Yiannopoulos, un bloguero tristemente célebre por sus ataques medio infantiles hacia mujeres, inmigrantes y vaya a saber qué más. Y bueno, como Bannon había anunciado, el portal sencillamente se convirtió en una plataforma para la derecha alternativa, que se define como la alternativa a la vieja derecha, una derecha nueva, mucho más enojada y agresiva hacia los otros, hacia la gente que simplemente no es como ellos, blancos y conservadores de alguna manera.

AMY GOODMAN: Así que invirtieron 10 millones de dólares en Breitbart. Se hicieron propietarios del portal de noticias…

JANE MAYER: Así es, 10 millones de dólares.

AMY GOODMAN: Se hicieron co-propietarios.

JANE MAYER: En realidad se convirtieron en sus patrocinadores. Algo que encuentro interesante… me enteré que Rebekah Mercer, la heredera de esta fortuna, quien no tenía ninguna experiencia en política, está ahora totalmente involucrada en la gestión de Breitbart News. O sea, ella… el dinero de su familia está sosteniendo este medio, una gran cantidad de dinero. Me han comentado que ella lee cada noticia y señala errores de tipeo o de gramática y ese tipo de cosas. O sea, la gente no se da cuenta de que hay un poder detrás del portal de noticias Breitbart, que es la familia Mercer. Así que bueno, su importancia fue creciendo en los márgenes de la política conservadora y empujó a los conservadores de este país hacia un nacionalismo económico, nativista, que quiere políticas anti-inmigración y mano dura en las fronteras, está contra el libre comercio y por el proteccionismo. Y supo utilizar el lenguaje del populismo, pero un populismo de derecha.

NERMEEN SHAIKH: Jane Mayer, tú mencionabas que una de las cosas que ha hecho que los Mercer tengan tanto éxito en su incidencia política es precisamente esto, su estrategia de invertir en medios de comunicación y redes de información alternativas, en las cuales, claramente, Breitbart tiene un peso muy relevante. ¿Podrías contarnos también de qué se trata el Instituto de Responsabilidad Gubernamental (GAI en inglés) al que te refieres en tu artículo?

JANE MAYER: Claro. O sea, todo esto, bueno, en gran medida sigue un diseño previo. Tenemos esta familia con todo el dinero del mundo que quiere cambiar la política estadounidense. Y no han logrado mucho en sus intentos previos. Hasta que se unen con Steve Bannon, que como estratega tiene una visión de futuro bastante clara, puede ver el panorama completo y entiende de política. De modo que él logra concentrar sus esfuerzos en esta guerra de información, comenzando por la inversión de 10 millones de dólares en Breitbart. Y luego, después de 2012, cuando los Mercer estaban muy decepcionados por la reelección de Obama, Bannon los lleva a financiar una organización completamente nueva, llamada Instituto de Responsabilidad Gubernamental. Es una organización pequeña, cuya sede se encuentra en Tallahassee. En realidad, se trata de la plataforma desde donde opera un personaje clave, Peter Schweizer, un periodista de investigación conservador. Los Mercer invirtieron millones de dólares en esta organización. Y lo que hicieron fue apuntar a crear de alguna manera… usarla para organizar desde allí la retórica de la campaña electoral 2016. Hicieron un libro llamado “Clinton Cash” (Dinero Clinton), que compila todas las acusaciones de corrupción que existen contra los Clinton. Y su objetivo era que llegue a los medios de comunicación masivos, para así instalar la imagen de Hillary Clinton como una persona corrupta y poco fiable. Y su objetivo era lograr que la información que ellos habían desenterrado circulara en los medios masivos. Era como un instituto de investigación de la oposición, pero disfrazado como entidad benéfica y sin fines de lucro. Así que le ofrecieron este libro, “Clinton Cash”, al periódico The New York Times en exclusivo, muy anticipadamente. Y el Times publicó una historia sacada de ese libro, que según dijeron habían podido corroborar. Como sea, la publicaron en primera plana, lanzando así esta retórica de Hillary Clinton corrupta. Y eso simplemente siguió resonando en los medios de comunicación. Así que fue una operación verdaderamente exitosa para ellos. Un año más tarde, también hicieron una versión cinematográfica de todo esto que presentaron en Cannes.

AMY GOODMAN: Estamos hablando de Peter Schweizer y también de los Mercer. Otra organización, además del Instituto de Responsabilidad Gubernamental, es Cambridge Analytica, ¿qué nos puedes decir sobre ella? Y también, háblanos de la obsesión de los Mercer con los Clinton, que es un tema sobre el que tu escribes.

JANE MAYER: Bueno, es algo que..

AMY GOODMAN: O sea, dicen que son asesinos.

JANE MAYER: Bueno, realmente… O sea, uno de los mayores retos para mí al escribir sobre los Mercer fue darme cuenta lo fuerte que jugaban. También en el partido demócrata hay gente que pone muchísimo dinero. No son las únicas personas que ponen mucho dinero en política, pero son probablemente las personas más misteriosas en este ámbito. Nadie sabía realmente qué creen, qué los motiva. Así que eso fue lo que yo intenté averiguar. Lo que finalmente logré hacer fue hablar con socios suyos, gente con la que comparten negocios y gente que los conoce desde hace mucho tiempo. Eso me dio una imagen de ellos como personas con creencias muy peculiares, que se basan en medios de extrema derecha un tanto insólitos. Una de sus creencias es que… Bob Mercer le ha dicho a al menos tres de las personas que yo entrevisté que está convencido de que los Clinton son asesinos, literalmente, que han asesinado gente. Ahora bien, es un comentario que se escucha a veces marginalmente cuando se entrevista a gente que no tiene mucha información, pero estamos hablando de gente poderosa, bien educada y con gran influencia en Estados Unidos. Y Bob Mercer está convencido de que los Clinton son asesinos. Pues entonces, a partir de este odio llano hacia los Clinton que tiene, cuando llega el año 2016, toma la determinación de detener a Hillary Clinton y se pone en busca de un vehículo para hacerlo, que finalmente resulto ser Trump.

AMY GOODMAN: Jane Mayer, ahora seguimos con la conversación. Jane Mayer es redactora de revista The New Yorker. Su último artículo se titula “The Reclusive Hedge-Fund Tycoon Behind the Trump Presidency: How Robert Mercer exploited America’s populist insurgency” (El solitario magnate de fondos de inversión. Cómo Robert Mercer aprovechó la insurgencia populista estadounidense). Además, es autora del libro “Dark Money: The Hidden History of the Billionaires Behind the Rise of the Radical Right” (Dinero espurio: la historia oculta de los multimillonarios que apoyaron el surgimiento de la derecha radical), que acaba de salir a la venta en versión de bolsillo. Hay mucho más para hablar. Quédense con nosotros.


Traducido por Carolina Flórez. Editado por Verónica Gelman y Democracy Now! en Español.

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