Los comentarios del presidente estadounidense, Donald Trump, se produjeron solo días después de que su gobierno anunciara que su objetivo ya no es derrocar al presidente de Siria, Bashar al Assad. Estados Unidos, Francia y Reino Unido acusan al gobierno de Assad de llevar a cabo un ataque con armas químicas. Un portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, se refirió a la intoxicación de civiles con gases como un “delito peligroso y monstruoso”, pero no acusó a nadie como responsable del hecho. En el marco de la Organización de las Naciones Unidas, la embajadora de Estados Unidos ante el organismo, Nikki Haley, dijo en un discurso el miércoles al Consejo de Seguridad que Estados Unidos estaba preparado para tomar medidas unilaterales contra Siria.
La embajadora Nikki Haley expresó: “Cuando la Organización de las Naciones Unidas fracasa una y otra vez en su deber de actuar de forma colectiva, hay veces en la vida de los Estados en las que estamos obligados a tomar nuestras propias medidas”.
La embajadora Halley sostuvo fotografías de niños sirios asesinados en el ataque con gas del martes y preguntó: “¿Cuántos niños más tienen que morir para que a Rusia le importe?”. El grupo de monitoreo periodístico Airwars, por su parte, informó que más de 700 niños murieron en ataques aéreos perpetrados por la coalición encabezada por Estados Unidos en Irak y Siria desde agosto de 2014.
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