Una auditoría del Pentágono recientemente desclasificada muestra que el Ejército estadounidense no pudo hacer el seguimiento de las armas ni del equipamiento militar, valuados en más de mil millones de dólares, que había enviado a Irak y Kuwait. En el envío había decenas de miles de rifles de asalto y cientos de vehículos blindados. La auditoría encontró que hubo un registro inadecuado, como planillas duplicadas, recibos escritos a mano y la falta de una base de datos central para el seguimiento de los traslados. Algunas de las armas fueron localizadas en Irak, dice nuestro invitado Patrick Wilcken, investigador de temas de derechos humanos y control de armas de Amnistía Internacional. “Es realmente muy difícil localizar armas individuales, pero hemos visto muchas imágenes y videos del despliegue de armas de Estado Islámico y también de las milicias chiitas, que ahora están agrupadas bajo las Unidades de Movilización Popular”, afirma Wilcken. “Hemos analizado qué tipo de armas están desplegando y están desplegando armas de todas partes del mundo, entre ellas armas estadounidenses fabricadas hace relativamente poco”.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Patrick Wilcken.