Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, congregó a miles de simpatizantes en Tel Aviv el miércoles, mientras los fiscales israelíes realizaban investigaciones penales en torno a cargos de soborno, fraude y abuso de confianza que habrían cometido Netanyahu y sus ayudantes. El discurso de Netanyahu a los miembros de su partido, Likud, de derecha, generó comparaciones con los actos políticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Benjamin Netanyahu declaró: “Tanto la oposición de izquierda como los medios de comunicación, que son la misma gente –deben saber esto–, ahora se están alistando en una caza obsesiva y sin precedentes contra mí y mi familia, con el objetivo de derrocar el gobierno”.
La semana pasada, el ex jefe de gabinete de Netanyahu aceptó ser testigo estatal en el proceso de un caso en el que se alega que el primer ministro canjeó favores políticos por regalos de lujo valuados en 130.000 dólares, como cigarros y champán. Netanyahu también se está recuperando de las transcripciones filtradas de grabaciones secretas que ponen en evidencia que negoció favores por una cobertura positiva del periódico más importante de Israel.