En Brasil, el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro obtuvo una arrolladora victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que tuvieron lugar el domingo. Este resultado marca el giro político más radical en ese país desde el fin la dictadura militar hace más de 30 años. Bolsonaro derrotó a su rival Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores, por un margen de 55% a 45%. Bolsonaro es un exoficial del Ejército que cuenta con un extenso historial de comentarios racistas, misóginos y homofóbicos, y ha elogiado la dictadura militar de Brasil, defendido la tortura y amenazado con destruir, encarcelar o desterrar a sus oponentes políticos. Bolsonaro también alentó a la policía a matar a presuntos traficantes de drogas, y una vez le dijo a una legisladora que era demasiado fea para ser violada.
Grupos ambientalistas advierten que Bolsonaro acelerará el cambio climático de manera catastrófica, ya que se propone abrir vastas franjas de la Amazonia a gigantes de la industria agrícola, que reemplazarán la selva tropical con campos de soja, maíz y caña de azúcar. La victoria de Bolsonaro fue recibida con consternación por miles de manifestantes, que tras el anuncio de los resultados electorales salieron a las calles de São Paulo y otras ciudades, donde se encontraron con el despliegue de la policía antidisturbios.
Una de las manifestantes expresó: “Estoy luchando, pero no por mí sino por Brasil, que no merece esto, no merece esta ignorancia. El pueblo brasileño es ignorante. Brasil le debe mucho al expresidente Lula”.