En Brasil, el ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva está apelando su condena por cargos de corrupción, luego de que el juez que dictaminó la sentencia aceptara un alto cargo en el gabinete del presidente electo de extrema derecha Jair Bolsonaro. Los abogados de Lula argumentan que el recientemente designado ministro de Justicia, Sérgio Moro, demostró su parcialidad al unirse al gabinete de Bolsonaro, y que los cargos contra Lula tuvieron la motivación política de impedir que volviera a postularse para la presidencia. Actualmente Lula está cumpliendo una sentencia de 12 años en prisión; las encuestas previas a las elecciones indicaban que Lula podría haber ganado fácilmente. En octubre, el renombrado opositor, profesor y autor Noam Chomsky visitó a Lula en la prisión y recientemente habló con Democracy Now! sobre el encuentro.
Noam Chomsky expresó: “Lula fue puesto en confinamiento solitario, y no se le permite recibir libros, prensa ni periódicos, y lo más importante: los tribunales decidieron no permitirle hacer declaraciones públicas, a diferencia de un asesino convicto, por ejemplo. De modo que lo silenciaron y lo apartaron. Luego vino el siguiente paso, y fue uno enorme. De hecho, creo que debería ser considerado el prisionero político más importante del mundo en este momento”.