En Florida, las autoridades de la prisión estatal le administraron el jueves un cóctel de drogas letales al prisionero condenado a muerte Eric Scott Branch, lo que detuvo su corazón. Testigos de la ejecución afirman que Branch gritó en numerosas ocasiones “¡Asesinos!” mientras le administraban la droga. Las autoridades de la prisión negaron luego que los gritos hayan sido causados por las drogas empleadas para la ejecución.
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