En Siria, miles de civiles están huyendo de la ofensiva liderada por el Gobierno contra el distrito de Guta Oriental, en las afueras de la capital, Damasco. Más de 600 civiles han sido asesinados en los últimos días por ataques aéreos y de artillería del gobierno sirio. Numerosos activistas por los derechos humanos acusan al Gobierno sirio de llevar a cabo una campaña de “tierra arrasada” contra los civiles del distrito, controlado por rebeldes antigubernamentales. El Gobierno sirio, respaldado por la aviación militar rusa, está librando la ofensiva en violación de un alto al fuego del Consejo de Seguridad de la ONU y un cese del fuego de cinco horas negociado por Rusia, que es el principal apoyo del Gobierno sirio. El domingo, el mandatario sirio Bashar al-Assad declaró que continuaría con la ofensiva.
Bashar al-Assad enunció: “La situación humanitaria de la que Occidente habla de vez en cuando es una mentira muy ridícula. Tan ridícula como los funcionarios occidentales que la repiten. No hay contradicción entre una tregua y las operaciones de combate. El avance logrado ayer y antes de ayer en Guta por el Ejército Árabe Sirio tuvo lugar en el medio de esta tregua”.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al-Hussein, afirma que la ofensiva militar del Gobierno sirio en Guta Oriental probablemente constituya crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Zeid Ra’ad al-Hussein expresó: “Una vez más, debo hacer énfasis en que lo que estamos viendo en Guta Oriental y otros lugares de Siria probablemente sean crímenes de guerra, y potencialmente crímenes de lesa humanidad. Los civiles están siendo reprimidos hasta la sumisión o la muerte. Los perpetradores de estos crímenes deben saber que están siendo identificados”.
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