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El mes pasado, las autoridades del organismo National Archives and Records Administration (Archivo Nacional y Gestión de Documentos) pidieron disculpas por haber alterado una foto de la Marcha de Mujeres 2017 en la que se veían carteles con críticas al presidente Trump. El periódico The Washington Post fue el primero en informar que ese organismo había alterado la imagen. En una muestra denominada “Rightfully Hers: American Women and the Vote” (Legítimamente suyo: las mujeres estadounidenses y el voto), el Archivo Nacional había presentado una imagen grande de la primera Marcha de Mujeres. Pero en los carteles que hacían referencia a Trump, se había difuminado su nombre, entre ellos, un cartel que decía “Dios odia a Trump” y otro “Trump y Partido Republicano, no toquen a las mujeres”. También difuminaron los carteles que hacían referencia a la anatomía femenina en la foto. En un principio, el Archivo Nacional defendió su decisión de editar la foto y le respondió al periódico que los cambios se habían hecho “para no participar en la polémica política actual. Conversamos con un historiador que afirma que este es solo el ejemplo más reciente de “una enorme y creciente amenaza a la capacidad de nuestro país para proteger y aprender de la historia”. Según se informa, el Archivo Nacional permite que millones de documentos, entre ellos muchos vinculados a los derechos de los inmigrantes, sean expurgados.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Matthew Connelly, profesor de historia de la Universidad de Columbia e investigador principal del Laboratorio de Historia publicó un artículo en el periódico The New York Times, titulado “Why You May Never Learn the Truth About ICE” (Por qué puede que nunca conozca la verdad acerca del Servicio de Inmigración de EE.UU., ICE).