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La población californiana rechazó masivamente la iniciativa republicana para destituir al gobernador demócrata Gavin Newsom. La votación revocatoria del martes 14 de septiembre tuvo un costo cercano a los 300 millones de dólares provenientes de fondos públicos. Mucha gente tomó estas elecciones como una instancia de lucha contra la extrema derecha y un referéndum para sentar postura sobre temas clave que se pondrán en juego en las elecciones de mitad de período en 2022, como ser la respuesta a la pandemia, los derechos migratorios, el cambio climático y la crisis de vivienda que conlleva. Sasha Abramsky, corresponsal de la “costa izquierda” para la revista The Nation, sostiene que la gente de California participó en la revocatoria porque “cuando todo el país comenzó a prestar tanta atención a esta elección, la gente comenzó a darse cuenta todo lo que estaba en juego”. Y agrega: “Había un riesgo real de que, casi por accidente, California cayera en un Gobierno de extrema derecha.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Sasha Abramsky.
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