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Dos organizaciones de derechos humanos —Memorial, de Rusia, y el Centro por las Libertades Civiles, de Ucrania— y el activista bielorruso encarcelado Ales Bialiatski recibieron el viernes 7 de octubre el Premio Nobel de la Paz. Su trabajo fue elogiado por el Comité Noruego del Nobel por hacer frente al poder y defender los derechos humanos fundamentales en países limítrofes desgarrados por la guerra. Hablamos con Anna Dobrovolskaya, directora ejecutiva del Centro de Derechos Humanos Memorial de Moscú, que es parte de una de las organizaciones galardonadas. Tanto la organización Memorial como el centro de Moscú han sido recientemente clausuradas por el Gobierno ruso. “Este premio se puede ver como una victoria para la sociedad civil en su conjunto, no solo en Rusia”, dice Dobrovolskaya. También conversamos con Ole von Uexküll, director ejecutivo de la Fundación Right Livelihood, con sede en Estocolmo. Los tres ganadores de este Premio Nobel habían sido previamente galardonados con el Premio Right Livelihood, conocido informalmente como “Premio Nobel de la Paz alternativo”. Con estos premios internacionales, von Uexküll tiene la esperanza de que Bielorrusia libere “inmediatamente a Ales Bialiatski” y que Rusia deje de perseguir judicialmente a las organizaciones de derechos humanos.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Anna Dobrovolskaya y Ole von Uexküll.