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El hombre más rico del mundo, Elon Musk, será el nuevo propietario de Twitter. El lunes 25 de abril, el consejo directivo de la empresa acordó venderle la influyente plataforma de redes sociales por 44 mil millones de dólares. Musk, que se autodefine como un “absolutista de la libertad de expresión”, tuiteó: “Espero que hasta mis peores detractores permanezcan en Twitter, porque de eso se trata la libertad de expresión”. Conversamos con la analista de la industria tecnológica Jessica González y con Evan “Rabble” Henshaw-Plath que formó parte del equipo que lanzó Twitter en 2006, sobre el significado de esta compra para el futuro de los medios digitales y el periodismo. “Con o sin Musk, Twitter debe garantizar que la plataforma deje de amplificar la intolerancia, fomentar la violencia, los discursos de odio y las teorías conspirativas”, dice González. Henshaw-Plath afirma que siente que Musk “no tiene ni idea de en qué se está metiendo” y analiza los orígenes activistas de Twitter.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Jessica González y Evan Henshaw-Plath.