El miércoles pasado militares nigerinos anunciaron que habían derrocado al presidente Mohamed Bazoum, estrecho aliado de Estados Unidos y Francia. La CEDEAO, un bloque económico de países de África Occidental, ha amenazado con emprender una intervención militar a menos que el golpe de Estado se revierta antes del domingo 5 de agosto. Sin embargo, el líder de la nueva junta militar de Níger ha prometido desafiar cualquier intento de restaurar al expresidente en el poder, al tiempo que las juntas militares de Burkina Faso, Malí y Guinea —países que como Níger, son excolonias francesas y han sufrido golpes de Estado en los últimos tres años— han advertido que rechazarán cualquier intervención extranjera en Níger. Mientras tanto, los nuevos gobernantes de Níger han anunciado que pondrán fin a la cooperación militar con Francia, cuya presencia desproporcionada en la antigua colonia genera mucho resentimiento en la nación nigerina, rica en recursos pero aún así afectada por la pobreza. Hablamos del tema con Nick Turse, periodista de investigación y colaborador del medio The Intercept, quien recientemente reveló que uno de los líderes del golpe en Níger, el general de brigada Moussa Salaou Barmou, había sido entrenado por el ejército estadounidense y que esta situación se repite en otros 11 golpes de Estado en África occidental que tuvieron lugar entre el año 2008 y la actualidad. También hablamos con Olayinka Ajala, profesora conferencista de política y relaciones internacionales de la Universidad Leeds Beckett, quien señala que Níger y sus países vecinos deben manejarse con cuidado con el fin de evitar un conflicto militar “muy sangriento”.
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