El número de migrantes que mueren en el estado de Nuevo México, cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, se ha multiplicado por diez en los últimos cinco años. Desde enero de 2023, se han hallado más de 220 cadáveres en dicho estado. Según se cree, muchas de las víctimas murieron por deshidratación y desnutrición mientras intentaban cruzar calurosas zonas desérticas o montañosas para buscar asilo en Estados Unidos.
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