Rusia continúa atacando Ucrania con misiles y aviones no tripulados y, tras los ataques que destruyeron aproximadamente la mitad de la infraestructura energética del país, Ucrania enfrenta un invierno frío y oscuro. Recientemente, Rusia y Ucrania completaron un intercambio de prisioneros, por medio del cual se logró repatriar a más de 300 prisioneros de guerra. El acuerdo fue mediado por Emiratos Árabes Unidos en vísperas del año nuevo. Mientras tanto, el Gobierno de Biden ha aprobado el envío de otros miles de millones de dólares en calidad de asistencia militar y económica a Ucrania, antes del regreso al Gobierno del presidente electo, Donald Trump, quien ya ha prometido reducir el envío de ayuda y poner fin a la guerra. Desde la invasión de Rusia, hace casi tres años, el Congreso estadounidense ha aprobado un total de 175 mil millones de dólares en asistencia para Ucrania. “Putin no quiere la paz”, señala la destacada abogada ucraniana de derechos humanos Oleksandra Matviichuk, quien dice que el objetivo de Rusia es restaurar su imperio por la fuerza. “La ocupación rusa significa tortura, violaciones, desapariciones forzadas, negación de nuestra propia identidad, adopción forzosa de nuestros hijos, campos de filtración y fosas comunes”, enfatiza Matviichuk.
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