Han pasado dos años desde que Rusia invadió Ucrania y desencadenó una guerra brutal que ha provocado la muerte de miles de personas, tanto civiles como militares. Ahora, a Ucrania le está costando conseguir armas y nuevos reclutas, a la vez que los nuevos fondos prometidos por el Gobierno estadounidense están estancados en el Congreso. En este contexto, presentamos un debate sobre las perspectivas a futuro de este conflicto con la activista por la paz Medea Benjamin de la organización CodePink y el profesor Stephen Crowley de la universidad Oberlin College, experto en política rusa y de Europa del Este. Si bien ambos coinciden en la necesidad de poner fin a la guerra, Crowley sostiene que el Congreso estadounidense debería aprobar el paquete de ayuda financiera, de 60.000 millones de dólares, para dar a Ucrania una posición más fuerte en las negociaciones. “En este momento, el único motivo válido para financiar a Ucrania es contribuir a llevar a ambas partes a la mesa de negociaciones para poner fin a esta guerra”, señala. Benjamin, por su parte, plantea que si se envían más fondos inevitablemente serán utilizados para continuar con los combates: “Solo le dará más impulso a Zelensky para seguir tratando de librar una guerra que no se puede ganar”. Benjamin agrega que los sectores progresistas están cometiendo un error al ceder la postura de oposición a la guerra a “la extrema derecha del Partido Republicano”.
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