A pesar de un informe respaldado por la ONU que alerta acerca de la hambruna inminente en el norte de Gaza, el domingo 24 de marzo las autoridades israelíes anunciaron que ya no autorizarán el acceso de ningún convoy de alimentos de la Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés) al norte de Gaza. “Realmente se está obstruyendo nuestra capacidad para trabajar adecuadamente en pos de salvar vidas”, señala la portavoz de UNRWA, Tamara Alrifai. “¿Qué va a pasar con la UNRWA si ya no podemos operar?” La decisión de las autoridades israelíes está en línea con la ley de presupuesto promulgada por el presidente Biden por un monto de 1,2 billones de dólares, que elimina el financiamiento de la UNRWA durante el año 2025. El Gobierno estadounidense ya había suspendido los fondos destinados a la UNRWA a fines de enero, a raíz de la afirmación del Gobierno israelí de que 12 de los 30.000 empleados de la agencia habían estado involucrados en el ataque perpetrado por Hamás del 7 de octubre. Esta acusación no fundamentada llevó a los principales donantes de la UNRWA a suspender su financiamiento. Sin embargo, gran parte de estos donantes han reanudado la financiación y la agencia está recibiendo a nuevos países donantes y una cantidad sin precedentes de donaciones de la sociedad civil. Que Estados Unidos, el mayor donante de la agencia, “retenga nuestro financiamiento […] es un gran golpe para nosotros”, afirma Alrifai. “Despojar a la UNRWA de fondos no solo reduce nuestra capacidad para responder a la hambruna inminente en Gaza, sino que también pone en riesgo las escuelas que dan acceso a los niños y niñas a una educación adecuada, los programas de vacunas y atención materno-infantil, todo lo que hacemos en la región”.
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