La toma de control por parte de Israel del cruce fronterizo con Egipto de Rafah ha provocado enojo en el Gobierno egipcio, que ha advertido que Israel está poniendo en peligro los históricos Acuerdos de Camp David, firmados en 1978, con los cuales se normalizaron las relaciones entre ambos países. Sin embargo, a pesar de su tono cada vez más crítico con respecto a la guerra de Israel contra Gaza, las autoridades egipcias están coordinando estrechamente con Israel las decisiones sobre el ingreso de ayuda humanitaria y la salida de gente palestina a través del cruce de Rafah. Además, las fuerzas de seguridad egipcias han puesto a más de 120 personas en prisión preventiva, con cargos de terrorismo, por expresar solidaridad con Palestina. “Existe el temor, dentro del régimen, de que permitir las expresiones de apoyo y solidaridad con la oposición palestina a Israel dé lugar, no solo a críticas contra la postura oficial egipcia frente a la guerra […] sino también a un aumento de los cuestionamientos por la situación interna, la vulneración de los derechos humanos y la crisis económica sin precedentes que atraviesa el país”, dice Hossam Bahgat, periodista y activista por los derechos humanos egipcio. Como parte de una ofensiva del Gobierno egipcio contra las ONG de derechos humanos, Bahgat —director ejecutivo de la Iniciativa Egipcia por los Derechos de las Personas (EIPR, por sus siglas en inglés)— tuvo prohibido durante ocho años viajar fuera de Egipto y sus activos estaban congelados. En marzo de 2024, las autoridades finalmente cerraron el caso contra EIPR y otras organizaciones de derechos humanos y levantaron la prohibición de viajar, lo que permitió que Bahgat nos acompañe hoy en nuestro estudio de Nueva York.
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