El obispo William Barber, copresidente de la Campaña de los Pobres, nos acompaña para analizar el cierre de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee. El eje de la última noche de la convención, el jueves 18 de julio, fue el incendiario discurso de Donald Trump, que tuvo lugar pocos días después del atentado contra su vida y fue promocionado como un llamado a la unidad. Barber sostiene que lo que se propuso no fue más que “una unidad en el rechazo” a los derechos de las mujeres, de la gente inmigrante, de la clase trabajadora, de la gente pobre y de quienes tienen un acceso al voto restringido, entre otros sectores. “Puede que hayan bajado el tono de voz, pero no bajaron el tono de sus políticas extremistas”, señala Barber.
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