El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, estaría encabezando la lista de posibles compañeros de fórmula para la vicepresidenta Kamala Harris en su candidatura a la Casa Blanca. En este contexto, mucha gente progresista está alertando sobre el historial político de Shapiro, especialmente su apoyo a las exenciones fiscales para grandes empresas y al sistema de vales escolares, la estrecha relación que tiene con empresas petroleras y gasíferas y la demonización que ha hecho de las manifestaciones a favor de Palestina. “Ha apoyado activa y abiertamente la guerra de Israel contra Gaza, desde el 7 de octubre y también anteriormente”, afirma el periodista Marc Lamont Hill desde Filadelfia. “Se lo mire desde donde se lo mire, Josh Shapiro no es un candidato progresista”. Hill añade que, si bien le parece que sería “muy frustrante” que Harris elija a Shapiro como compañero de fórmula, también dejaría en claro qué se pone en juego en estas elecciones y qué no, con lo que evitaría que la gente proyecte falsas esperanzas en Harris como sucedió con Barack Obama. “Claramente ella es liberal, pero ciertamente no es progresista ni radical”.
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