
La secretaria de Educación, Linda McMahon, ha declarado que la Universidad de Columbia está en camino a recuperar los fondos del Gobierno federal que le habían sido suspendidos tras el anuncio difundido el viernes 21 de marzo de que las autoridades de esta institución privada perteneciente a la elitista Ivy League aceptan cumplir con las demandas del Gobierno de Trump. Dichas demandas incluyen la prohibición del uso de tapabocas en el campus, la contratación de 36 nuevos oficiales de seguridad con mayor poder para detener y reprimir al estudiantado y el nombramiento de un “vicerrector sénior” que estará a cargo de supervisar el Departamento de Estudios de Oriente Medio, Asia Meridional y África, así como el Centro de Estudios sobre Palestina. Si bien desde el activismo estudiantil dicen que continuarán luchando por los derechos del pueblo palestino y demandando que Colombia deje de invertir en emprendimientos vinculados con Israel, especialistas en libertad de expresión alertan sobre el peligro que representa esta situación. “No sabemos qué pasará ahora, pero sí sabemos que humillarse ante un matón, lo único que hace es alentar a ese matón”, señala Katherine Franke, exprofesora de la Facultad de Derecho de Columbia.
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