Nueva Orleans y la región del Golfo de México permanecen en estado de catástrofe tras el devastador Huracán Katrina. Al menos el 80 por ciento de Nueva Orleans está bajo agua. La ciudad no tiene energía eléctrica y hay escasez de agua potable. Funcionarios dicen que Nueva Orleans estará inhabitable por semanas. El martes, el colapso de dos represas inundó áreas de la ciudad que no habían sido dañadas por el huracán.
Aún se desconoce el número total de muertos en Louisiana, Mississippi y Alabama, pero el gobierno teme que sean cientos de personas. Funcionarios del Condado de Harrison, en Mississippi, dicen que al menos 100 personas murieron allí, principalmente en las ciudades de Biloxi y Gulfport. Por lo menos 30 personas murieron en un complejo de apartamentos en Biloxi, llamado el Complejo de la Playa de Aguas Calmas. Miles de hogares de la región fueron destruidos, entre ellos la casa frente a la costa del senador de Mississippi, Trent Lott.
La gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco, ordenó la evacuación de toda la ciudad de Nueva Orleans.
El martes, el alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, tuvo que dejar la alcaldía en helicóptero debido a las crecientes inundaciones. Funcionarios planifican evacuar a cerca de 20.000 personas refugiadas en el estadio SuperDome. Los generadores de emergencia en ese complejo deportivo no funcionan, una de las consecuencias es que no hay aire acondicionado, y el edificio está rodeado de agua. Los dos aeropuertos de la ciudad están bajo agua, y el personal del diario de la ciudad, Times-Picayune, debió abandonar la sala de noticias el martes debido a las crecida de las aguas. El diario se ve obligado a publicar sólo versiones electrónicas. El principal hospital público de la ciudad dejó de funcionar, y está siendo evacuado. Las fuerzas armadas estadounidenses ayudan a evacuar a más de 1.000 personas del hospital universitario Tulane. Los médicos están preocupados por la posible propagación de enfermedades debido a la contaminación del agua potable desde los sistemas de saneamiento, la mala conservación de alimentos, las picaduras de insectos y las mordeduras de serpientes u otros animales.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA. por sus siglas en inglés), realiza preparativos nunca vistos para albergar a por lo menos un millón de personas en la región, cuyas casas fueron dañadas o destruidas por el huracán. Bill Lokey, de FEMA, describió al huracán como “el mayor desastre natural que ha golpeado a Estados Unidos”.
La Guardia Nacional ha participado en operaciones de rescate y mantenimiento del orden en la zona del desastre, pero unos seis mil miembros de la Guardia de Louisiana y Mississippi tuvieron que ver la catástrofe desde 11.200 kilómetros de distancia, en Irak. El cuarenta por ciento de la Guardia Nacional de Mississippi y el 35 por ciento de la Guardia de Louisiana están en Irak. En los últimos ocho meses, 23 miembros de la Guardia Nacional de Louisiana murieron en Irak. Sólo la unidad de la Guardia de Nueva York ha sufrido tantas bajas en Irak.
Según el diario Times-Picayune, se espera que las catastróficas inundaciones empeoren en los próximos días, luego de que el agua de las lluvias causadas por el huracán llegue al lago Pontchartain, desde ríos y otras corrientes. Como consecuencia de la rotura de las represas, el nivel de las aguas continuará en aumento en la ciudad de Nueva Orleans, hasta llegar al mismo nivel del lago y del río Mississippi.
El presidente Bush anunció que acortaría sus vacaciones dos días y regresaría a Washington. El Presidente dijo el martes en San Diego: “Nuestra prioridad ahora es salvar vidas, y aún estamos realizando operaciones de búsqueda y rescate”. Durante su aparición en San Diego, Bush también se dedicó brevemente a tocar la guitarra con el cantante de música country Mark Wills. Se espera que Bush viaje a Louisiana el viernes para recorrer los distritos devastados por el huracán.
Se declaró la ley marcial en las calles de Nueva Orleans. Según informes, hubo saqueos, incluyendo el ingreso por la fuerza a comercios de muchas personas en busca de alimentos y agua. Otros robaron aparatos electrónicos, alcohol y armas. El Times Picayune informó que el saqueo era tan generalizado que hasta policías participaron en él. Un policía uniformado fue fotografiado mientras se llevaba seis DVD de Wal-Mart. Otro fue visto cargando un televisor de 27 pulgadas.
Se prevé que Katrina será el huracán más costoso de la historia, por encima del Andrew, que costó 21 mil millones de dólares.
El huracán ya afecta la economía del país. La mayoría de las plantas de producción de petróleo y gas del Golfo de México permanecen cerradas desde el lunes, y muchas de ellas sufrieron daños. El área es normalmente responsable de un tercio de la producción petrolera del país, y de una quinta parte de la producción de gas natural. Se prevé que el precio del combustible aumentará pronto a cerca de tres dólares por galón (3,8 litros) en muchas partes del país. Atlanta y otras áreas podrían afrontar una severa escasez de gas. Los dos principales ductos que transportan gas y petróleo a Atlanta no funcionan. La región actualmente cuenta con abastecimiento de combustible para sólo dos días.
Se pregunta si el gobierno federal podría haber hecho más para proteger a la región de las mortales inundaciones. En 1995, el Congreso autorizó el Proyecto Urbano de Control de Inundaciones del Sureste de Louisiana, y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército gastó 430 millones de dólares en levantar represas y construir estaciones de bombeo de agua en la última década. Pero faltaron obras por valor de otros 250 millones de dólares. Según informes periodísticos, el financiamiento federal se congeló en 2003. En los últimos dos años, el diario Times-Picayune publicó por lo menos nueve artículos que mencionaron el costo de la invasión de Irak como un motivo de que faltaran fondos para controlar los efectos de huracanes e inundaciones. A principios de este año, el Presidente Bush propuso reducir significativamente, a 10 millones de dólares, la cantidad de dinero federal destinada al proyecto. Funcionarios locales dijeron que se necesitaba seis veces más.
Mientras la atención del país sigue puesta en la devastación de la región de Nueva Orleans, Irak sufrió otra tragedia. Más de 650 personas murieron en Bagdad en una estampida de peregrinos chiitas. Las muertes sucedieron mientras un millón de chiitas marchaban en una importante ceremonia religiosa, y corrieron rumores de que había atacantes suicidas entre la multitud. La mayoría de las víctimas murieron aplastadas o ahogadas en el río Tigris. Antes, en las primeras horas del día, 16 peregrinos chiitas habían muerto debido a disparos de morteros contra multitud.