Surgieron nuevas pruebas que vinculan al vicepresidente Dick Cheney con la revelación de que Valerie Plame era agente encubierta de la CIA. El periodista de investigación Murray Waas reveló la declaración de Lewis “Scooter” Libby, ex jefe de personal de Cheney actualmente procesado, ante un gran jurado federal. Libby declaró que Cheney y otros “superiores” de la Casa Blanca lo habían autorizado para que revelara a periodistas información clasificada para defender la utilización del gobierno de Bush de información previa a la guerra, para justificar la invasión a Irak. Larry Johnson, un ex funcionario de inteligencia y colega de Plame dijo: “Esta no fue una operación deshonesta, sino que fue dirigida en los niveles más altos, y específicamente por Dick Cheney. Libby era definitivamente un hombre con una misión, pero un hombre a quien se le asignó una misión”.
Mientras tanto, el ex funcionario nacional de inteligencia de la CIA para el Medio Oriente acusó al gobierno de Bush de seleccionar información en forma ventajosa para justificar la invasión a Irak. En un nuevo artículo de Asuntos Exteriores, Paul Pillar escribió: “Quedó claro que la información oficial no fue tenida en cuenta para tomar las decisiones más importantes en materia de seguridad nacional. La información fue mal utilizada públicamente para justificar decisiones ya tomadas…y el propio trabajo de la comunidad de inteligencia estaba politizado”.
En Haití, los primeros resultados de las elecciones presidenciales del martes demuestran que el candidato favorito, Rene Preval, encabeza los comicios con más del 60 por ciento de los votos. Preval, ex presidente de Haití y protegido del presidente derrocado Jean Bertrand Aristide, puede evitar una segunda vuelta si logra obtener más de la mitad de los votos. Los observadores internacionales certificaron las elecciones como libres y justas. Mientras que varios candidatos dijeron que están preparados para aceptar la derrota, la campaña de Charles-Henry Baker anunció que se prepara para presentar cargos de fraude para intentar evitar que Preval asuma la presidencia. Baker, acaudalado dueño de una fábrica y único candidato blanco, es el líder del llamado Grupo de los 184, que apoyó el derrocamiento de Aristide hace casi dos años.
Mientras que los haitianos se preparan para volver al régimen democrático, un grupo de ciudadanos de ese país presentó una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos contra Estados Unidos, República Dominicana y miembros del gobierno instalado en Haití que reemplazó a Aristide. Brian Concannon, director del Instituto por la Justicia y la Democracia en Haití, dijo: “La petición documenta el ataque sistemático a la democracia de Haití por parte de los tres gobiernos, que incluyen debilitar al gobierno constitucional mediante embargos ilegales en la asistencia en el desarrollo y suministros a la policía, apoyando tanto a los grupos armados como a los desarmados en el derrocamiento del gobierno y el secuestro del presidente electo democráticamente el 29 de febrero de 2004”.
En Washington, el presidente Bush habló de un supuesto atentado contra Estados Unidos que la Casa Blanca asegura haber evitado.
El presidente Bush dijo: “Sabemos que en octubre de 2001, Khalid Shaikh Mohammed, el cerebro de los atentados del 11 de septiembre, ya había puesto en funcionamiento un plan para que operativos terroristas secuestraran un avión utilizando bombas en un zapato para romper la puerta de la cabina y pilotear el avión contra el edificio más alto de la Costa Oeste. Creemos que el objetivo era Liberty Tower en Los Angeles, California. En lugar de utilizar secuestradores árabes como lo hizo el 11 de septiembre, Khalid Shaikh Mohammed buscó a un hombre joven del sudeste asiático quien creía que no generaría tantas sospechas”.
Colaboradores de la Casa Blanca corrigieron más tarde al presidente, diciendo que el objetivo no era la Liberty Tower (Torre de la Libertad), sino la Library Tower (Torre de la Biblioteca). Desde entonces fue renombrada US Bank Tower.
Los comentarios del presidente Bush agregan nuevos detalles al supuesto atentado, del que la Casa Blanca habló por primera vez el otoño pasado. La denuncia generó dudas en varios miembros de la comunidad de inteligencia. En ese momento, un funcionario le dijo al Washington Post: “Es seguro decir que la mayoría de la comunidad [de inteligencia] no piensa que vale mucho la pena”.
El Post informa hoy que persiste un “profundo desacuerdo” acerca de si la conspiración fue “algo más que palabras”. Un funcionario estadounidense de contraterrorismo entrevistado por el Los Angeles Times desestimó la conspiración.
“Nunca sucedió”, le dijo al periódico.
Mientras tanto, el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, afirma que el anuncio del presidente Bush lo tomó por sorpresa, y que la comunicación con la Casa Blanca ha sido “inexistente”. Villaraigosa agregó: “Estoy asombrado de que el presidente hiciera este anuncio en televisión nacional y que no nos informara de estos detalles a través de los medios adecuados. No espero una llamada del presidente, pero de alguien.”
En Israel, grupos palestinos lanzaron una batalla legal para evitar el retiro de varias tumbas de un antiguo cementerio musulmán en Jerusalén. El gobierno israelí excavó en la zona para hacer lugar a la construcción de un “museo de la tolerancia”, que costará 150 millones de dólares, construido para el Centro Simon Wiesenthal, ubicado en Los Ángeles.
Según la declaración de su misión, el museo busca fomentar la “unidad y el respeto entre los judíos y las personas de todos los credos”. El cementerio tiene al menos 1.000 años. Las excavaciones se están realizando a pesar de una prohibición judicial temporaria. Durragham Saif, abogado de tres familias palestinas que presentaron juicio contra el proyecto, dijo: “Es increíble e inmoral. No pueden construir un museo de la tolerancia sobre las tumbas de otras personas.”
Mientras tanto, el jefe del Shin Bet, el servicio de seguridad israelí, es el centro de las noticias por sus comentarios realizados en un discurso grabado en secreto en un asentamiento en Cisjordania la semana pasada. Refiriéndose a la guerra de Irak y al derrocamiento de Saddam Hussein, Yuval Diskin dijo: “Cuando alguien desmantela un sistema en el que hay un déspota que controla a su pueblo mediante la fuerza, se genera caos. Se obtiene lo que sucedió en Irak. No estoy seguro de que no extrañaremos a Saddam”. Diskin dijo además que cree que el sistema judicial de Israel trata a los sospechosos árabes y judíos en forma diferencial: “No veo igualdad en la forma en que el sistema los trata cuando son culpables del mismo tipo de delitos”, opinó.
Volvemos a Estados Unidos, el New York Times informa que la Casa Blanca fue informada acerca de que el huracán Katrina había derribado un dique en Nueva Orleáns casi doce horas antes de que el gobierno de Bush lo anunciara. La Casa Blanca argumentó que se le informó de las roturas del dique la mañana del martes 30 de agosto de 2005. Pero documentos demuestran que el gobierno de Bush fue informado la medianoche anterior.
La revelación surge mientras el ex director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Michael Brown, señala que está preparado para revelar toda su correspondencia con el gobierno de Bush a menos que la Casa Blanca se lo prohíba y le ofrezca apoyo legal. Los abogados de Brown afirman que la Casa Blanca no ha respondido al pedido, que vence el miércoles por la noche. Se espera que Brown declarará hoy ante la investigación que lleva a cabo el Senado de la respuesta del gobierno al huracán Katrina.
En Colombia, dos miembros del grupo internacional de ayuda médica Médicos Sin Fronteras fueron secuestrados. Geoff Prescott, director general del grupo, solicitó su liberación, diciendo: “Como organización humanitaria independiente esperamos que todas las partes respeten nuestra neutralidad e imparcialidad”.
Y en Irak, un nuevo video muestra a la periodista independiente secuestrada Jill Carroll. El video, emitido por la cadena de televisión kuwaití Ali Rai, es el tercero que muestra a Carroll desde que fue secuestrada en Bagdad hace más de un mes. Carroll, que tenía un pañuelo en la cabeza, dijo: “Estoy aquí. Estoy bien. Por favor, hagan lo que quieran, denles lo que pidan lo antes posible. Queda muy poco tiempo”. Los secuestradores de Carroll exigieron la liberación de todas las prisioneras iraquíes en Irak. El jueves, el viceministro de justicia iraquí aseguró que unas 450 reclusas iraquíes serán liberadas la semana próxima, pero no las cuatro o cinco mujeres iraquíes que se creen que están en prisión.