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Una empresa de seguridad privada espió a Greenpeace, Amigos de la Tierra y otras organizaciones ambientalistas desde fines de la década de los 90 hasta al menos el año 2000, según una nueva investigación publicada por la revista Mother Jones. La empresa de seguridad estaba integrada por ex agentes del Servicio Secreto, que se infiltraron en grupos ambientalistas, recopilaron registros telefónicos y documentos confidenciales internos, e incluso rebuscaron en sus recipientes de basura. La información se suministró después a empresas especializadas en relaciones públicas y corporaciones involucradas en controversias relacionadas con el medio ambiente. Hablamos con el periodista que investigó el caso, James Ridgeway.
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