Un frágil diálogo entre el gobierno boliviano y sus opositores pareció comenzar a avanzar lentamente el martes cuando el presidente Evo Morales y los gobernadores opositores de las rebeldes provincias orientales del país acordaron comenzar conversaciones. Las conversaciones habían parecido fracasar poco antes, cuando el ejército boliviano arrestó a uno de los gobernadores de la oposición, Leopoldo Fernández, del opositor partido de derecha Podemos. El Fiscal General acusó al gobernador de genocidio. Fernández era el prefecto de la provincia de Pando, en la que entre 15 y 30 campesinos partidarios de Morales fueron asesinados la semana pasada. Mientras tanto, los Cuerpos de Paz han retirado a sus 2.500 voluntarios de Bolivia y el Departamento de Estado de Estados Unidos está preparando al menos dos vuelos de evacuación para los ciudadanos estadounidenses que quieran abandonar el país.