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La semana pasada, los reguladores gubernamentales abrieron la puerta a la extracción de gas natural en la cuenca de Shale Marcellus, que suministra agua potable a unos quince millones de personas, entre ellos nueve millones de neoyorquinos. Se cree que la cuenca, que abarca desde Nueva York hasta Kentucky, contiene algunos de los mayores depósitos de gas natural del mundo. Las personas que están a favor de la extracción aseguran que ésta impulsará la recuperación económica del país y reducirá la dependencia del petróleo extranjero. Pero los ambientalistas advierten que la extracción podría contaminar el suministro de agua de Nueva York, como ya ha ocurrido en otros estados. Las regulaciones propuestas están ahora abiertas a comentario público hasta finales del próximo mes, a lo que seguirá un dictamen definitivo a principios del próximo año.