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La organización neoyorquina Toxics Targeting pidió revisar la base de datos del Departamento de Conservación Ambiental que registra los vertidos de sustancias peligrosas de los últimos treinta años. Hallaron 270 casos en los que se documentaban incendios, explosiones, vertidos de aguas residuales, contaminación de pozos y daños ecológicos relacionados con la extracción de gas. Muchos de los casos detallados siguen sin resolverse. Estos datos contradicen repetidas declaraciones del gobierno que afirman que las regulaciones actuales de los pozos de gas son suficientes para proteger el medioambiente y la salud pública. El estado está considerando permitir la extracción de gas en la cuenca Marcellus Shale, fuente de agua potable de unas 15 millones de personas, entre ellas nueve millones de neoyorquinos.