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El lunes, un tribunal federal de apelaciones desestimó la demanda del ciudadano canadiense Maher Arar contra funcionarios estadounidenses por la participación que tuvieron en su traslado a Siria para ser torturado. El Tribunal de Apelaciones del Circuito Segundo dictaminó que las víctimas de las llamadas “rendiciones extraordinarias” no pueden demandar a Washington por torturas padecidas en el extranjero porque el Congreso no ha autorizado tales demandas. En 2002, Maher Arar, nacido en Siria, fue detenido en Nueva York cuando regresaba a Canadá luego de pasar unas vacaciones con su familia en Túnez. Una posterior investigación pública realizada por Canadá demostró que Arar fue capturado a causa de una información errónea proporcionada por funcionarios canadienses, que lo acusaron que tener vínculos con militantes islamistas. Las autoridades estadounidenses lo trasladaron a Siria, donde fue encarcelado y torturado durante un año. Las autoridades canadienses absolvieron a Arar en 2007, se disculparon por el papel que desempeñaron en la tortura que padeció y le concedieron un resarcimiento económico de varios millones de dólares.