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A lo largo de los últimos diez años ExxonMobil, Chevron, BP, Royal Dutch Shell y ConocoPhillips han destinado millones de dólares al respaldo de la investigación energética en las principales universidades de Estados Unidos. La financiación privada podría llenar el espacio dejado por la decreciente inversión pública, pero según un nuevo informe del Center for American Progress esto también plantea el riesgo de que estas empresas se hagan con el control de la agenda de investigación de las universidades y comprometan la independencia académica. El mayor acuerdo realizado supone una colaboración del gigante británico del petróleo BP de 500 millones de dólares con tres importantes instituciones investigadoras financiadas por el estado: la Universidad de California en Berkeley, la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley.