El lunes la OTAN puso fin a la campaña de bombardeos en Libia. En los últimos siete meses, los aviones de la OTAN llevaron a cabo más de 26.500 misiones, entre ellas 9.700 ataques. La OTAN informó haber bombardeado 5.900 objetivos militares en el interior del país. Si bien el Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, consideró que la campaña había sido un éxito, muchos analistas opinan que los bombardeos intensivos de la OTAN violaron el mandato de la ONU. “El papel de la OTAN en Libia fue muy, muy problemático y en última instancia, va a tener un impacto muy perjudicial a largo plazo sobre el futuro de ese país”, afirma Phyllis Bennis del Instituto de Estudios Políticos. “El argumento de que los bombardeos de la OTAN de alguna manera se hacían para proteger a los civiles sencillamente no es así.” Bennis dijo que la revolución libia comenzó como parte de la primavera árabe, pero que la intervención de la OTAN la convirtió en un “asalto de occidente a otro país árabe del norte de África en Medio Oriente”. Bennis también expresa su alarma por la creciente presencia militar de EE.UU. en África: “A pesar de los esfuerzos por señalar que el Africom [Comando África de EE.UU.] se ocupa de tareas que realizan las fuerzas armadas de EE.UU. relacionadas a la salud, la educación en torno al SIDA y los derechos de las mujeres, la realidad es muy seria: África le vende a Estados Unidos más petróleo que todo Medio Oriente”.