Un grupo de paquistaníes se reunió en Islamabad a fines del mes pasado para analizar el impacto de los ataques con aviones no tripulados de EE.UU. en sus comunidades. Uno de los asistentes había sido un joven de 16 años llamado Tariq Aziz, quien se había ofrecido para aprender fotografía y comenzar a documentar los ataques de aviones no tripulados cerca de su casa. A 72 horas de la reunión, Aziz fue asesinado en un ataque con aviones no tripulados de EE.UU. También fue asesinado uno de sus primos de 12 años de edad en el ataque del 31 de octubre. “La gente era consciente de la amenaza que representaban, sin embargo se ofrecían. Tariq, en particular, porque a su edad en esa comunidad tan distante, estaba familiarizado con las computadoras y entusiasmado con la idea de poder documentar el número de víctimas civiles”, afirma el periodista Pratap Chatterjee, quien conoció a Aziz días antes de su asesinato. Como parte de una investigación más amplia sobre la guerra encubierta de EE.UU. con aviones no tripulados que lleva adelante la CIA, Chatterjee y la Oficina de de Periodismo de Investigación informan que los ataques con aviones no tripulados en Pakistán han provocado al menos 392 víctimas civiles, entre ellas 175 niños. “Me pregunto si la CIA realmente trata de identificar a las personas antes de matarlas”, dice. “Hubiera sido muy fácil para la CIA y la agencia de inteligencia de Pakistán —ISI— hacer preguntas a estos niños, separarlos, incluso ponerlos en la cárcel o interrogarlos; pero en lugar de eso, optaron por matarlos”.