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La Corte Suprema de Estados Unidos se negó el lunes a escuchar la apelación del conocido preso del corredor de la muerte en Georgia, Troy Anthony Davis, con lo que posiblemente hayan sentado las bases para que Georgia programe su ejecución. Davis fue condenado en 1989 por el asesinato de un oficial de la policía blanco Mark MacPhail, que estaba fuera de servicio. Desde entonces, siete de los nueve testigos civiles que señalaron a Davis se retractaron de sus declaraciones y no hay ningún tipo de prueba física que vincule a Davis con la escena del crimen. Las instancias de apelación legal de Davis ya están agotadas, por lo tanto su destino queda en gran medida en manos del Junta de Indultos y Libertad Condicional de Georgia, que podría conmutar la pena de muerte y perdonarle la vida. Hablamos con la hermana de Troy Davis, Martina Correia. “Nadie quiere considerar la inocencia real o la retractación de los testigos como una parte real, sólida, viable de este caso”, explica Correia. “Creo que hace falta una movilización mundial en torno al caso de Troy”.