Y uno de los principales activistas por la paz del país de los últimos 50 años, el Padre Daniel Berrigan, está celebrando sus 90 años hoy. En 1968, el Padre Berrigan fue noticia a nivel nacional cuando él y otras ocho personas quemaron archivos de la junta de reclutamiento militar en Catonsville, Maryland. En 1970, pasó cuatro meses viviendo clandestinamente como fugitivo del FBI. A principios de la década del 80, ayudó a lanzar el movimiento internacional antinuclear Plowshares cuando él y otras siete personas derramaron sangre y golpearon cabezas de guerra en una planta de misiles nucleares de GE en King of Prussia, Pennsylvania. El Padre Berrigan habló sobre esa acción durante una entrevista con Democracy Now! hace cinco años.
Daniel Berrigan dijo: “Entramos con los trabajadores en el cambio de turno y descubrimos que en realidad no había una seguridad que valga la pena mencionar. Fue un ingreso muy sencillo. En aproximadamente tres minutos estábamos viendo el arma letal, el arma estaba frente a nosotros. Era una cabeza de guerra desarmada a punto de ser enviada a Amarillo, Texas, para colocarle la carga explosiva. Por lo tanto era un arma inofensiva hasta ese momento. Y golpeamos dicha arma, era muy frágil. Fue fabricada para resistir el calor de reingresar a la atmósfera del espacio exterior, en realidad era como una cáscara de huevo. Tomamos como nuestro lema la palabra de Isaías 2: ‘Forjarán sus espadas en rejas de arado’ (“plowshares” en inglés). Entonces lo hicimos. Derramamos nuestra sangre alrededor de la misma. Y nos quedamos parados formando un círculo. Creo que recitando la Plegaria del Señor hasta que llegara la batalla de Armagedón, como lo esperábamos”.